Trastornos de sueño en el adulto mayor

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Sueño
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Los trastornos del sueño son un motivo de consulta muy frecuente en Geriatría. Se ha estimado que, entre los mayores de 65 años, aproximadamente el 50% padecen algún trastorno del sueño; de ellos, la dificultad para iniciar y mantener el sueño y la somnolencia diurna son los más frecuentes.

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El manejo correcto de los trastornos del sueño en el anciano requiere una evaluación especializada por un Geriatra. Debemos tener en cuenta las posibles causas, el estado general (con frecuencia son pacientes con comorbilidad y pluripatología), la polimedicación y los cambios farmacocinéticos y farmacodinámicos que acompañan a la edad (que pueden favorecer las posibles interacciones y reacciones adversas a fármacos).

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PRINCIPALES TRASTORNOS

Insomnio: se caracteriza por la dificultad para quedarse dormido (que cueste más de 30 minutos), tener un sueño poco reparador o despertar muchas veces durante la noche o antes de lo que se quiere, a pesar de no experimentar interferencias externas para dormir.

Esta condición se asocia a consecuencias negativas en el día, como irritabilidad, cansancio, somnolencia, dificultades de concentración o memoria. Con frecuencia, se relaciona con problemas de depresión o ansiedad. Apneas del sueño: son pausas respiratorias (evidentes o no) asociadas a ronquidos, sueño poco reparador y somnolencia diurna.

Habitualmente, se relaciona con tener una vía aérea estrecha (por genética, sobrepeso y la pérdida de elasticidad que se va produciendo en forma natural con la edad) o mecanismos neurológicos incapaces de mantener una vía aérea lo suficientemente abierta o de comandar adecuadamente la ventilación para una respiración normal al dormir. Quienes lo padecen, suelen despertar muchas veces en la noche.

Síndrome de piernas inquietas: malestar poco definible, especialmente en las piernas, que consiste en la necesidad incontrolable de moverlas para aliviar esa molestia. Aumenta al estar en reposo, aparece en la tarde-noche y disminuye mientras se está en movimiento (caminar, ejercicio, etc).

Síndrome de fase adelantada del sueño: alteración del reloj biológico en que el acto de dormir y el de despertar son mucho antes de lo habitual y de lo deseado (quedarse dormido y despertar muy temprano).

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CAUSAS

Los problemas del sueño son frecuentes en las personas mayores. En general, la cantidad necesaria de sueño permanece constante a lo largo de la vida adulta. Los médicos recomiendan que los adultos duerman de 7 a 8 horas todas las noches. En el caso de los adultos mayores el sueño es menos profundo y más entrecortado que el sueño en las personas más jóvenes.

Una persona de 70 años sana puede despertarse muchas veces durante la noche sin que esto se deba a una enfermedad. Los trastornos del sueño en adultos mayores pueden deberse a cualquiera de las siguientes causas:

  • Enfermedad de Alzheimer
  • Alcohol
  • Cambios en el reloj interno natural del cuerpo, lo que lleva a que algunas personas se duerman más temprano en la noche
  • Enfermedad crónica como insuficiencia cardíaca
  • Ciertos medicamentos, hierbas, suplementos y drogas psicoactivas
  • Depresión (es una causa común de problemas de sueño en personas de todas las edades)
  • Afecciones neurológicas y cerebrales
  • No ser muy activo
  • Dolor causado por enfermedades como la artritis
  • Estimulantes como la cafeína y la nicotina
  • Orinar frecuentemente durante la noche

SÍNTOMAS

Los síntomas que se pueden presentar son:

  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Dificultad para notar la diferencia entre el día y la noche
  • Despertar en la madrugada
  • Despertar con frecuencia durante la noche (nocturia)

TRATAMIENTO

Se basará, en la mayoría de los casos, en medidas de higiene del sueño, combinado o no, con tratamiento farmacológico, que siempre debe seguirse bajo supervisión médica.

Fármacos:

Se individualizará el tratamiento en cada paciente, tras realizar una exhaustiva historia clínica. Puede ser eficaz, y de hecho suele serlo, pero existen limitaciones que hay que valorar y consensuar siempre con el paciente y sus familiares atendiendo al riesgo/beneficio.

Medidas de higiene del sueño:

Las más recomendables son:

  • Limitar la ingesta de líquidos por la tarde. Evitar las bebidas que contienen cafeína o teína después del mediodía. Evitar también el alcohol y el tabaco desde varias horas antes de dormir.
  • Horario fijo para acostarse y levantarse (incluidos fines de semana y vacaciones).
  • Evite realizar en la cama determinadas actividades (ver la televisión, escuchar la radio, comer, hablar por teléfono, etc).
  • Permanezca en la cama el tiempo suficiente.
  • Evite la siesta o que ésta sea inferior a 30’.
  • Se recomienda pasear durante al menos una hora al día, con luz solar y siempre al menos tres horas antes de ir a dormir.
  • Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura, ventilación, ruidos, luz, etc).
  • Practicar ejercicios de respiración lenta y relajada antes de acostarse, puede contribuir a que duerma mejor.