Terapia cognitivo–conductual: La técnica que resuelve los problemas internos

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Terapia cognitivo–conductual
Terapia cognitivo–conductual

La terapia cognitivo-conductual es uno de los conceptos más importantes de la psicología aplicada, ya que permite abordar problemáticas muy diversas aplicando técnicas que cuentan con aval científico.

Sus métodos cuentan con aval científico para sentirnos mejor

Esta es una forma de intervención heredera de los principios teórico-prácticos de la psicología conductista, a la que se le agregan métodos y objetivos propios de la terapia cognitiva.

CÓMO FUNCIONA

Las personas se reúnen con un terapeuta, que puede ser un psicólogo, un psiquiatra o un trabajador social. La sesión puede ser individual, en grupo o con integrantes de la familia. En el caso de los niños, el terapeuta se reúne primero con los padres y su hijo para averiguar qué esperan lograr. Eso podría ser cualquier cosa, desde detener el acoso en la escuela hasta sentirse más seguro.

Terapia cognitivo–conductual
Terapia cognitivo–conductual

Hay una serie de técnicas que los terapeutas utilizan en la terapia cognitivo-conductual. Una de ellas se conoce como modelado. En este método el terapeuta demuestra el comportamiento deseado, por ejemplo, enfrentarse a un acosador.

Otra técnica se llama reestructuración cognitiva. En este método las personas aprenden a reconocer y reemplazar pensamientos negativos. Por ejemplo, podrían reemplazar “soy un flojo y todos se molestan conmigo” por “me cuesta mucho estar organizado, pero eso no significa que no haga bien otras cosas”.

La terapia cognitivo-conductual suele durar menos que otros tipos de terapia. El número de sesiones a las que asisten las personas suele ser entre 10 y 20. El número de sesiones recomendadas puede variar dependiendo de la persona. Hay ciertos pasos involucrados en la terapia cognitivo-conductual:

  • Identificar las cosas de su vida que lo molestan.
  • Darse cuenta de los pensamientos y los sentimientos que generan.
  • Reconocer los pensamientos negativos o incorrectos.
  • Reformular esos pensamientos en una visión más positiva.

Hay diferentes formas de terapia cognitivo-conductual. Una de ellas se conoce como terapia cognitiva basada en la atención plena. Este enfoque enseña a niños y adultos a manejar su cuerpo y su mente en respuesta a los factores que causan estrés. Otro enfoque es la llamada terapia dialéctica conductual (DBT, por sus siglas en inglés). Es un programa estructurado para adolescentes y adultos con sentimientos y comportamientos negativos.

¿EN QUÉ CASOS SE UTILIZA?

La terapia cognitivo-conductual puede ser aplicada prácticamente en todas las edades, y en una gran variedad de problemas. Por ejemplo, se utiliza para intervenir en trastornos de ansiedad y fobias, distimia, Trastorno Bipolar, depresión, etc. También puede utilizarse como ayuda en los casos en los casos de trastornos neurológicos en los que es necesario prestar apoyo para saber gestionar los síntomas de la mejor manera posible, e incluso en trastornos psicóticos relacionados con la esquizofrenia.

Eso sí, en algunos trastornos, la terapia conductual ha demostrado ser prácticamente igual de eficaz que la cognitivo-conductual, sin necesidad de realizar tareas de modificación de creencias y de patrones de pensamiento. Por ejemplo, es común que los psicólogos recurran a la terapia conductual, y no a la terapia cognitivo-conductual, cuando hay que atender a niños de muy corta edad, dado que aún no controlan bien el pensamiento abstracto y la articulación de conceptos a través del lenguaje.

EFICACIA

Actualmente, se considera que la terapia cognitivo-conductual es el único tipo de psicoterapia cuyos resultados han sido validados a través del método científico. Con esto se entiende que su eficacia cuenta con el aval de observaciones empíricas en las que muchos grupos de pacientes que han pasado por un tratamiento con Terapia Cognitivo Conductual han mejorado significativamente más de lo que sería esperable si no hubieran asistido a terapia o hubieran seguido un programa de efecto placebo.

Cuando se dice que la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser eficaz a través de la aplicación del método científico, eso significa que existen poderosos motivos para pensar que la mejoría que experimentan las personas que han probado este tipo de terapias está causada por el uso de estas intervenciones psicológicas, y no por otras variables. Esto no implica que el 100% de las personas que vayan a sesiones de Terapia Cognitivo Conductual vayan a mejorar, pero sí una porción muy significativa de estas.

Además, esta mejoría puede ser traducida a criterios objetivos y observables, como por ejemplo el éxito o no a la hora de dejar de fumar. Esta es una característica que distingue a la terapia cognitivo-conductual de otras formas de intervención, muchas de las cuales, al no fijarse objetivos medibles bajo un criterio bien definido, difícilmente pueden ser sometidas a examen empírico para determinar su eficacia a través del método científico.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el grado de eficacia de cada tipo de terapia depende del trastorno a tratar; teniendo en cuesta esto, la terapia cognitivo-conductual es la que ha mostrado ser eficaz en un mayor número de alteraciones psicológicas.

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