Muchas son las personas a las que les gusta correr, pero ¿realmente sabemos los beneficios que este deporte nos aporta y por qué es el más sencillo de practicar? Cuando te decidas a hacerlo, recuerda que debes ponerte tu mascarilla y cumplir los protocolos de bioseguridad.
No necesitas más que un parque y 30 minutos de tu tiempo
La práctica de este ejercicio es de las más simples, pues podemos salir a correr cuando queramos y sin tener que gastar nada de dinero. Podemos ir a un gimnasio o podemos salir a correr por las calles y por los parques cerca de dónde vivimos. Además, correr es un deporte que no requiere de mucho material, ya que sólo con unas zapatillas y un pantalón de chándal tenemos todo lo que necesitamos.
Por otro lado, podemos salir a correr con cualquier persona que queramos y no necesitamos ninguna habilidad especial para hacerlo. Es un deporte que debemos controlar por nosotros mismos y, si no estamos acostumbrados a correr, lo podemos alternar con paseos más o menos cortos y de más o menos intensidad.
Por otro lado, los beneficios que correr nos aporta a la salud también son muchos. Debemos pensar que es uno de los deportes que no requiere de ningún tipo de dieta y que nos permite tener una buena forma e ir adelgazando progresivamente. Además, correr nos ayuda a mejorar la circulación sanguínea de nuestro cuerpo, lo que nos permitirá aliviar los dolores que tengamos o las varices. Es un deporte que también nos ayuda a eliminar los líquidos que retenemos y nos ayuda a mejorar la concentración.
Es beneficioso para mantener una buena forma física, para la salud cardiovascular y para el peso, pero no son las únicas ventajas de esta actividad deportiva. Los estudios médicos revelan además diferentes ventajas no tan conocidas para la salud.
El estudio toma como base un ejercicio cardiovascular de 30 minutos al día durante cinco días o más a la semana.
Para el cerebro: Incrementa el flujo sanguíneo y reduce los riesgos de infarto cerebral. Mejora la memoria. Combate el declive de la función cerebral con la edad. Ayuda a protegerse contra el desarrollo del alzhéimer.
Para la piel: Mejora la circulación, lo que lleva a una piel más limpia y sana.
Para la sangre: Ayuda a controlar el azúcar en la sangre. Mejora el colesterol bueno y reduce las grasas.
Para los músculos: Mejora el aporte de oxígeno, permitiendo a los músculos trabajar más. Permite a los músculos adaptarse a una mayor carga de trabajo, provocando que las actividades comunes sean más fáciles.
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Para el páncreas: Mejora el control del azúcar en sangre. Reduce el estrés en este órgano. Reduce los riesgos de desarrollar diabetes del tipo 2.
Para los pulmones: Ayuda a reducir el trabajo pulmonar. Ayuda a reducir la fatiga crónica.
Para el peso: Ayuda a mantener un peso sano gracias a la quema de calorías.
Para la función sexual: Reduce el riesgo de disfunción eréctil (en hombres). Mejora el deseo (en mujeres).
Para los huesos y articulaciones: Combate la osteoporosis y reduce el riesgo de sufrir fracturas de cadera. Ayuda a controlar la artritis.
Para el ánimo: Combate la depresión. Mejora la autoestima. Sube el ánimo, sobre todo tras un día estresante.
Para la ansiedad y el estrés: Libera hormonas como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, que combaten la tensión.
Para el sueño: Ayuda a conciliar antes el sueño y favorece el sueño REM (ojo con no hacer ejercicio muy poco tiempo antes de ir a la cama, porque puede ocurrir lo contrario).
Para la energía: Libera endorfinas, que te proporcionan más energía y más duradera.
