Dejen trabajar

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Operativo
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Con la verdad

 

Por: Eduardo Toledo Alva

Nuestro amado Perú es un país especial, muy especial en todo. Existe una informalidad que abruma y a veces fastidia en las calles, mientras que la delincuencia aumenta y nos hace sentir temor en todo sitio y las autoridades ni se percatan de ninguna de las dos cosas, porque tienen otras preocupaciones “más importantes en sus agendas”. Estamos descubriendo la corrupción que siempre sospechamos en todo nivel, desde el policía que pide un billete, hasta un ministro que te dice “ya sabes cómo es la nuez”. Producto de eso tenemos presidentes en prisión, ministros acusados y toda una serie de investigaciones en marcha.

Todo eso pasa ante nuestros ojos y la gente sigue trabajando con entusiasmo y en busca de lograr el ingreso del día que le asegure la comida para sus hijos, pero como son informales, no son bien visto por nuestras autoridades. No los comprenden y su plan es solo acabar con la informalidad.

No señores, ya es tiempo que hagamos una seria reflexión. El país vive un enfriamiento en su economía, lo que significa que cada día haya más desocupados. No hay trabajo y lo único que  queda es generar su propio negocio, con un pequeño capital y a recorrer las calles 10 a 12 horas para ganarse 20 a 30 soles. Ese es el peruano que merece nuestro respeto.

Pero nuestras autoridades, especialmente los alcaldes, lo único que saben es erradicar. Y lo hacen con la prepotencia y fuerza que les da el ser autoridades. Tanto en Lima como Callao, hacen operativos contra taxis colectivos informales. Les mandan sus vehículos a los depósitos municipales y les ponen una papeleta de más de 400 soles. Con eso, lo hundieron.

Y nadie les dice a los alcaldes que la existencia de taxis colectivos es porque el sistema de transporte que con bombos y platillos se ofreció, no funciona. El Metropolitano ya colapsó y por eso los usuarios buscan otras formas transporte. Igual en la avenidas Arequipa, Angamos y Javier Prado, mucha gente decide tomar combis y taxis porque no hay un buen servicio.

Igual pasa con lo emolienteros en La Victoria, donde el alcalde Forsyth pretende aumentarles de 10 a 25 soles el pago diario por el uso de la vía pública. Eso es un abuso.

Y en otros distritos en general, también hay una acción abusiva contra nuestros hermanos trabajadores informales. No los dejan trabajar y los persiguen como si fueran delincuentes, pero ante el hampa no hay una acción enérgica.

Es tiempo que nuestras autoridades en vez de ver con un solo ojo, abran los dos y planifiquen a corto, mediano y largo plazo un plan que lleve a la formalización de todas estas actividades. Para eso deben coordinar con los ambulantes y ofrecerles alternativas de acuerdo a sus posibilidades. Si tan solo la mitad de lo que se roban con las coimas se utilizara para construir galerías o mercados, no veríamos informales en las calles. En La Victoria, el ex alcalde que hoy está preso junto a sus hijos, se levantaban algo más de 15 millones de soles mensuales cobrando estacionamientos y exprimiendo a los ambulantes. ¿Con esa plata fácil se hubieran construido muchos centros comerciales o no?

Nadie piensa en eso. Es inhumano señores no dejar trabajar a los peruanos que a diario salen en busca de lograr unos soles de ingreso para mantener a sus familias. Ya es tiempo de reflexionar, o quieren que los ambulantes dejen de trabajar y se dediquen a delinquir. Total, si los meten presos, el Estado les da desayuno, almuerzo y comida. ¿O no?