Belleza ancestral : Para sentirnos relajados y renovados

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Salud
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Alcanzar la inmortalidad o la eterna juventud y convertirse así en un Dios, fue para algunos hombres de la Antigüedad una forma de vida. Hoy, seguimos con la fantasía de retrasar el envejecimiento, pero hemos olvidado el poder y la sabiduría que nos han legado nuestros ancestros.

Recetas caseras, consejos y procedimientos de la sabiduría ancestral para mejorar su autoestima y sentirnos plenos

En esta nota, hemos rescatado numerosos secretos de belleza con productos que se consiguen en la actualidad, que los antiguos egipcios, tibetanos, alquimistas, griegos y romanos nos han legado.

Vea cuál es el mejor producto que se adapta a usted y a sus necesidades de belleza para encarar la conquista, y realícelo para sentirse bien.

EGIPCIOS: CLEOPATRA Y SUS BAÑOS DE LECHE

Es conocida la mítica belleza de las reinas del antiguo Egipto y sus conocimientos en materia de hidratación, nutrición y cuidados de la piel. El máximo exponente fue Cleopatra, quien se bañaba en leche para verse más joven.

Este elixir es muy fácil de hacer en casa:

  • Preparar la bañadera con leche tibia y miel. Ambas brindan a la piel grandes cantidades de nutrientes: proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y calcio.
  • Se pueden agregar algunas gotitas de aceite esencial de hierbas o flores.
  • Si no desea invertir tanta cantidad de leche, la opción es em-beber una esponja suave en el preparado de leche y miel, y pasársela por todo el cuerpo.

 

TIBETANOS: LA DIETA DEL AJO

 

Ésta es una receta encontrada en un monasterio budista del Tíbet. Según el manuscrito, el ajo limpia el organismo de las grasas, mejora el metabolismo y nos ayuda a bajar de peso. Esta dieta tiene algunas contraindicaciones. No la practique si su estómago es débil.

Para realizar la Dieta del Ajo, siga estos pasos:

  • Poner los ajos (350 gramos, pelados y triturados) con el aguardiente (1/4  litro) o el alcohol (de 70º para su uso interno) dentro de un frasco de vidrio. Luego, ciérrelo herméticamente y colóquelo en la refrigeradora durante 10 días seguidos. Pasado ese tiempo, sacar y filtrar con un colador de tela fina.
  • El líquido resultante va a la refrigeradora durante 2 días, luego, se puede empezar a tomar. Una vez lista la preparación, tendrá un color verdoso.
  • Este líquido se ingiere en gotas, con un poco de agua o leche, antes de las tres comidas principales.

 

GRIEGOS: EL PODER DEL ACEITE

Los antiguos griegos eran grandes amantes de la belleza, por lo que dieron gran importancia a la cosmética, sobre todo, a la elaboración de aceites.

Éstos se extraían de flores y se aplicaban después de los baños o de los masajes corporales.

Uno de los más usados, era el aceite de oliva, muy valorado también hoy en día. Contiene vitamina E, que combate la formación de radicales libres, responsables del envejecimiento, y mejora el acné, dadas sus propiedades suavizantes, relajantes y tonificantes.

Aplíquelo utilizando las siguientes recetas caseras y naturales:

  • Humectar la cara. Lo que hoy es conocido como cold cream (crema fría) fue, en realidad, creada por el médico griego Galeno. Su fórmula incluía 3 partes de aceite, 1 parte de cera blanca, pétalos de rosa, todo mezclado con la cantidad necesaria de agua para darle una consistencia cremosa.
  • Nutrir el cabello. Rociar la cabeza con aceite de oliva y masajear desde la raíz hasta las puntas. Cubrir, luego, con una toalla caliente durante 5 minutos. Por supuesto, lavar el cabello después y repetir la operación cada quince días. Ideal para el pelo resecado por el uso de tintura o de secador.
  • Exfoliar el cuerpo. Moler un puñado de carozos de aceituna y aplicar sobre las zonas secas con movimientos circulares. Además de eliminar células muertas, la piel queda suave e hidratada.
  • Suavizar las manos. Para las manos castigadas, lo mejor es aplicar un poco de aceite de oliva en manos y uñas, y luego, poner unos guantes de lana calientes durante 20 minutos.

 

ROMANOS: TRATAMIENTOS CON AGUA

En el Imperio Romano, hombres y mujeres se maquillaban, peinaban y depilaban por igual. Asimismo, popularizaron el uso de lo que hoy llamamos “hidroterapia”. El agua es fuente de vida y por eso no es de extrañar que sea una de las terapias más antiguas. Para aprovechar los beneficios del agua, basta un simple baño. Empezará a sentirlos ni bien se sumerja en ella. El masaje que brinda el agua en todas las direcciones es la solución natural frente al estrés, la ansiedad y el insomnio, además de mejorar nuestro estado general de salud, tanto físico, como mental.

Realice estos tres pasos:

  • Ducha fría energizante y exfoliación. Luego de salir de la bañera, viene bien una ducha con agua fría. Estimula la circulación sanguínea y energiza. Se consigue un efecto similar al alternar duchas de agua fría y caliente. La de agua caliente también sirve para relajar la tensión en zonas localizadas, por ejemplo, al dejarla correr sobre cuello y hombros produce un efecto similar al del masaje.
  • Después del baño. Las mujeres romanas se daban masajes en el rostro (puede realizarlo con una crema nutritiva). Finalmente, pasaban por el cuello y los hombros aceites aromáticos, y lavaban sus cuerpos con agua de rosas.