Reeva Steenkamp fue asesinada un día de San Valentín. Quien decía amarla le atravesó el cuerpo con varios tiros. El criminal fue nada menos que Oscar Pistorius el famoso atleta paralímpico sudafricano, cuyos récords habían sorprendido al mundo.
Asesinó de varios balazos a su novia, pero dijo que esa noche fatal un ladrón entró a su casa
El día que Omar Leonard Carl Pistorius nació, el 22 de noviembre de 1986 en Sandton, Johannesburgo, Sudáfrica, sus padres supieron inmediatamente que lo que vendría no sería fácil. El precioso bebé de carita y cuerpo aparentemente perfectos había nacido sin un hueso fundamental de las piernas: el peroné. Padecía una deficiencia congénita llamada hemimelia peronea.
Dentro del dramático panorama familiar, Oscar tenía la suerte de haber nacido en un hogar con dinero para solventar lo que él iba a necesitar para poder caminar.
A los 11 meses le hicieron una drástica cirugía: le amputaron las dos piernas por debajo de las rodillas. El especialista Trevor Brauckman, le construiría más adelante, sus primeras piernas artificiales. Luego, él desafío todos los límites y se convirtió en un atleta admirado en el mundo entero (AP)
Lamentablemente la situación económica de su padre cambió y ello determinó el fin del matrimonio: en 1992 se divorciaron. El padre no les pasaba casi dinero y Sheila, la madre, se volvió alcohólica.
JUVENTUD, ESFUERZO Y TRIUNFOS
Oscar Pistorius cursó sus estudios superiores de Comercio en la Universidad de Pretoria. Su capacidad de superación sorprendía permanentemente a todos. Hizo los deportes que quiso: fútbol, rugby, waterpolo, tenis…
En los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, sacó la medalla de oro en 200 metros y de bronce en los 100. Dos años más tarde fue campeón del mundo en Holanda, en 100, 200 y 400 metros. Bello y exitoso, a los 26 años el mundo entero lo admiraba.
LA BELLÍSIMA NOVIA MODELO
Reeva Rebecca Steenkamp, hija de June y Barry Steenkamp (los dos venían de matrimonios anteriores con más hijos), nació el 19 de agosto de 1983, en un pequeño pueblo cercano a Ciudad del Cabo. Trabajó de modelo desde los 14 años.
Con Oscar Pistorius estaba saliendo desde noviembre de 2012 y convivían en la casa del atleta, en el complejo residencial Silver Woods, en Pretoria.
Su novio anterior había sido nada menos que el ex jugador de rugby de los Springboks, Francois Hougaard. Este año (porque las especulaciones sobre los celos de Pistorius sobrevolaron el trágico día del femicidio) Hougaard le reconoció, al Mail on Sunday, que cada tanto se hablaban por teléfono o se mensajeaban porque habían quedado amigos.
Oscar y Reeva parecían, ante los medios, una pareja idílica. La realidad tras los muros era muy diferente a lo que todos suponían.
EL FEMICIDIO
El impecable baño en suite de porcelanato beige de la casa que compartían fue lo último que vio Reeva esa noche de terror. Allí se encerró para protegerse de la violencia de su novio. No tuvo escapatoria.
Era la madrugada del día de San Valentín cuando los disparos rabiosos atravesaron la puerta del baño. ¿Qué había pasado antes? Hay, como en todo crimen, distintas versiones. Lo único incontrastable es que Oscar Pistorius disparó su pistola 9 mm cuatro veces a través de la puerta cerrada. Solo una bala no dio en el blanco.
Cuando los policías entraron a la casa, encontraron a su novia muerta (él había bajado su cuerpo a la planta baja), tendida sobre un charco de sangre.
Una de las tantas versiones sostiene (y está incluida en un libro de los Mollet sobre el caso) que el cuerpo tenía además dos golpes en la espalda hechos con un palo de cricket. Sugiere que las marcas en el bate indicarían que ambos pelearon por él.
Según esta teoría, Oscar ferozmente enojado la persiguió con el bate. Ella intentó quitarle el palo, se rompió el mango, y él llegó a golpearla mientras Reeva huía. La joven se refugió en el baño aterrada, él furioso golpeó la puerta con el bate un par de veces más. Después, la balacera.
El atleta dijo, en cambio, que había confundido a la mujer con un ladrón y le había disparado por error.
El 17 de febrero la policía encontró el bate Lazer ensangrentado en la casa. ¿Cómo se habían desarrollado realmente los hechos? La defensa se complicaba.
En 2009, la casa del deportista consagrado, había sido considerada la más segura de Sudáfrica. Ironías de la vida. No parecen quedar muchas dudas de que la vida con Oscar y su paranoia era un infierno.
EL RELATO Y LOS MÚLTIPLES JUICIOS
Pistorius declaró por primera vez el 15 de febrero de 2013. Dijo que había confundido a su novia con un intruso y había disparado; que ese día había llegado a las 6 pm a su casa y habían cenado lo que ella había cocinado en una mesa con velas; que entre las 21 y 22 horas, siempre según su relato, se fueron al dormitorio; puso el arma en el lado izquierdo de la cama; charlaron; se sacó las prótesis y se tiró a dormir.
Dos días después del crimen la policía encontró el bate lleno de sangre en la casa. Siete días más tarde Pistorius pagó una fianza de 113 mil dólares.
El juicio, luego de varias postergaciones dilatorias, empezó recién el 3 de marzo de 2014. La acusación del fiscal era asesinato y violación de la ley sudafricana de control de armas.
El día que explicaron cómo la cabeza de su novia había explotado, vomitó en la sala. El caso se había transformado en un dramático espectáculo, un reality que crecía minuto a minuto en los medios. La jueza autorizó la retransmisión en directo del juicio, salvo la declaración del atleta acusado.
Pistorius se declaró no culpable del cargo de asesinato premeditado, pidió disculpas e hizo una crónica de todos los problemas que sufría desde su infancia.
CONDENADO
En el 2014 fue juzgado por homicidio culposo (sin intención) por lo que fue condenado a cinco años de prisión. En el 2015 fue puesto en libertad después de 12 meses de cárcel. Pero el 3 de diciembre, del mismo año, la Corte Suprema anuló la condena y agravó el cargo a homicidio doloso con una condena a 15 años.
El 6 de julio de 2016 se volvió a juzgar a Pistorius. Esta vez le dieron 6 años de cárcel. En noviembre de 2017 la Corte Suprema de Apelaciones de Bloemfontein incrementó la pena otra vez a 13 años y 5 meses. Para su libertad condicional, por ahora, deberá esperar hasta 2023.