Mi hijo no quiere estudiar: ¿Qué hago?

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Estudiar
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¿A menudo te preguntas por qué tu hijo no quiere estudiar? No eres el único, muchos padres se hacen continuamente la misma pregunta sin encontrar respuesta. Una de las reacciones más habituales en estos casos es culpar al niño, pero las cosas no son tan simples, no se trata de una relación causal. Tu hijo desde que nace, crece e interacciona en diversos contextos (la escuela, la familia, amigos, etc.), y todos esos contextos junto con sus características, influye en su comportamiento, por lo que tu hijo puede no querer estudiar por numerosas razones. Aquí, te explicamos algunas razones por las que tu hijo no quiere estudiar y te mostramos consejos para saber qué hacer al respecto.

¿Por qué mi hijo no quiere estudiar?
Falta de motivación: Normalmente, los seres humanos llevamos a cabo ciertas actividades porque tenemos un objetivo o una motivación. La responsabilidad principal de un niño es aprender, pero si no se siente motivado, probablemente, no lo haga. Tu papel como padre es explicarle la importancia de estudiar y los beneficios para su futuro.

Problemas familiares: Hay padres que piensan que los niños no se enteran de los problemas que puede haber en casa, pero se equivocan. Los niños prestan mucha atención a las discusiones que hay en su casa incluso cuando parece que están concentrados en alguna actividad, como un juego. Tienen la sensibilidad necesaria para sentir cuándo las cosas no van bien y la situación empeora cuando los niños presencian violencia en su hogar.
No comprender las asignaturas: Sin necesidad de que el niño tenga un desarrollo tardío o algún problema de aprendizaje, puede no entender lo que le enseñan en la escuela. Al no entender la materia impartida en algunas asignaturas y ver que otros niños parecen comprenderlo, puede sentirse inferior y un modo de afrontarlo es aparentar falta de interés en el estudio.
Bullying: Es un fenómeno muy común en los colegios. La conducta violenta de algunos alumnos supone un problema que se está incrementando año tras año.
En algunos casos, detrás de la falta de interés por el estudio, hay un caso de bullying. El niño deja de percibir el colegio como un lugar seguro dónde va a aprender, ya que es insultado, amenazado.

Esto es lo que  debes hacer:

Si no sabes cómo actuar ante un hijo que no estudia, aquí te mostramos algunos consejos que puedes poner en práctica para motivar a un niño a estudiar:

1. Establecer zonas específicas de la casa para estudiar
Es muy importante que haya una zona de la casa destinada al estudio, donde las condiciones sean adecuadas, es decir, no debe haber estímulos que le distraigan, ruidos, el escritorio debe ser espacioso para los libros, bolígrafos y todos los materiales deben de estar disponibles para que el estudio no se vea interrumpido.

2. Establecer una rutina
Trata de establecer un horario más o menos estable durante la semana para generar una rutina. Para que un niño funcione bien, la estabilidad y las rutinas son algo importante.
Intenta que la merienda y la cena sean aproximadamente a la misma hora todos los días, y así el niño sabrá cuándo es su tiempo de deberes y podrá irse pronto a dormir. El sueño es otro factor muy importante para que el niño esté descansado y motivado para estudiar.

3. Organizar el estudio y las tareas
Organiza en un calendario con tu hijo cada uno de los meses escolares. De este modo, aprenderá contigo cómo organizar sus tareas. Es interesante emplear rotuladores de diferentes colores para cada tipo de tarea, por ejemplo: rotulador azul para fechas de exámenes, rojo para fechas de entrega de trabajos, etc. El calendario debe colocarse en un lugar visible de la casa para que sirva de recordatorio y así las tareas no quedarán en el olvido.

4. Enséñale que estudiar es algo más que hacer los deberes
Un aspecto muy importante que se les debe explicar a los niños es que hacer los deberes no es estudiar, se deben hacer otras tareas que son muy importantes en el proceso de aprendizaje y estudio.

5. Durante el tiempo de estudio, trata de observar signos de frustración
Es muy difícil poder aprender cuando el niño está enfadado, desmotivado o molesto porque la tarea es demasiado larga o difícil. En estas situaciones es muy importante el asesoramiento de los padres. Por ejemplo, se puede dividir un ejercicio en dos partes y hacer un descanso entre ambas.