El dolor es el síntoma principal, aunque no siempre está presente (a veces se ve una afectación de la articulación en su radiografía que no tiene traducción sintomática, o en la que ésta es mínima).
Es un dolor de tipo mecánico (asociado al movimiento) que con frecuencia disminuye con el ejercicio y reaparece con la actividad prolongada, mejorando con el reposo.
El dolor en reposo es raro y se relaciona con etapas tardías de la enfermedad o con brotes inflamatorios. Tiene además un componente emocional muy importante en el que situaciones como la ansiedad, la depresión y el aislamiento social -factores muy prevalentes en el paciente mayor- pueden influir en la percepción del mismo.