Conoce cómo prevenir y tratar las úlceras en el adulto mayor

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Adulto mayor
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Las úlceras por presión son lesiones que aparecen en la piel. Mayormente afectan a personas con dificultad para movilizarse, utilizan sillas de ruedas o se encuentran en cama y deben permanecer en una misma posición durante mucho tiempo.

Procura que tu familiar no permanezca por muchas horas sin moverse de su cama o silla

En el caso de las personas mayores, cuando ésta se encuentra inmovilizada o pasa varias horas al día en la misma posición se produce una fricción o presión sobre determinadas zonas corporales que provoca la rotura de los vasos sanguíneos.

Esta rotura impide una correcta oxigenación del organismo, provocando la muerte celular y, como consecuencia, favorece la aparición de llagas posturales o lesiones en la piel. No obstante, la formación de úlceras de piel o escaras no solo afecta a personas mayores.

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FACTORES DE RIESGO

El riesgo de desarrollar escaras es mayor si tienes dificultades para moverte y no puedes cambiar de posición fácilmente mientras estás sentado o en la cama. Los factores de riesgo incluyen los siguientes:

  • Inmovilidad: Esto puede deberse a una salud debilitada, a una lesión de la médula espinal y a otras causas.
  • Incontinencia: La piel se vuelve más vulnerable con la exposición prolongada a la orina y las heces.
  • Pérdida de la percepción sensorial: Las lesiones de la médula espinal, los trastornos neurológicos y otras afecciones pueden ocasionar una pérdida de la sensibilidad. La incapacidad para sentir dolor o malestar puede dar lugar a que no se tengan en cuenta las señales de advertencia y a la necesidad de cambiar de posición.
  • Nutrición e hidratación deficientes: Las personas necesitan suficientes líquidos, calorías, proteínas, vitaminas y minerales en su dieta diaria para mantener la piel sana y evitar la ruptura de los tejidos.
  • Afecciones médicas que afectan el flujo sanguíneo: Los problemas de salud que pueden afectar al flujo sanguíneo, como la diabetes y las enfermedades vasculares, pueden aumentar el riesgo de daño en los tejidos, como las escaras.

SÍNTOMAS Y ETAPAS

Etapa I: La zona afectada presenta un color rojizo y al recibir presión no experimenta cambio alguno. Esta es la primera señal de la formación de una úlcera en la piel.

Etapa II: En esta etapa ya se han formado ampollas o una llaga abierta y el área que la rodea puede estar irritada y con un color rojo.

Etapa III: La llaga se abre y se hunde formando una abertura que se denomina cráter. En esta fase, el tejido subcutáneo ya empieza a mostrar daños.

Etapa IV: La úlcera resulta ser tan profunda que existen daños en los músculos y en el hueso.

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TRATAMIENTO

Debes saber que las úlceras por presión más leves cicatrizan en unas pocas semanas con el tratamiento adecuado, pero las que son más graves pueden necesitar cirugía.

Ante todo, siempre procura disminuir la presión de la úlcera, movilizando a la persona o utilizando almohadillas de espuma. También debes limpiar la herida cada cierto tiempo (especialmente, con agua y jabón). Las úlceras abiertas deben limpiarse con suero cada vez que se cambie el vendaje.

Retirar el tejido necrosado forma parte del tratamiento. Recuerda que una herida no se cura bien si hay tejido muerto o infectado. Además, siempre debemos aplicar los apósitos necesarios para protegerla de posibles rozaduras o agentes patógenos.

Tendremos que utilizar antibióticos orales o por vía tópica, para evitar cualquier tipo de infección. Las úlceras pueden curarse en casa, aunque muchas de ellas requerirán el servicio de un profesional sanitario.

 

PREVENCIÓN

Cuidando la piel de la persona mayor:

  • Inspeccionar toda la piel del cuerpo al menos una vez al día.
  • Limpiar la piel con agua tibia y jabón neutro.
  • Paliar factores ambientales que secan la piel, evitando el frío y garantizando una humedad del ambiente superior al 40%.
  • Hidratar la piel.
  • Evitar la desnutrición y mantener a la persona bien hidratada,
  • Si hay incontinencia, usar pañales desechables y cambiarlos con frecuencia.
  • Fomentar la circulación de la sangre en la piel masajeándola suavemente tras el lavado.
  • Evitar los masajes sobre las prominencias óseas.
  • Evitar las arrugas en la ropa de cama.
  • Utilizar técnicas adecuadas de posición y transferencia, evitando fricciones y rozamientos sobre la piel.

Favoreciendo la movilidad de la persona mayor y una posición correcta:

  • Fomentar que se mueva ella misma si puede hacerlo.
  • Cambiarle de postura cada 2 horas si está en la cama y no puede hacerlo por ella misma.
  • Cambiarle de postura cada hora si está sentada, levantándola un poco e inclinándola hacia los lados.
  • Utilizar una butaca con respaldo alto, que dé apoyo a la cabeza y a toda la espalda.
  • Continuar haciendo los cambios posturales, aunque la persona mayor utilice colchones o cojines anti escaras.

Utilizando dispositivos de apoyo que disminuyan la presión sobre la piel:

  • Colchones y cojines anti escaras (de espuma, de aire, de agua, de gel, de silicona).
  • Protectores específicos: mantas, taloneras, rodilleras, coderas anti escaras.