John Wayne Gacy, el ‘payaso asesino’

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John Wayne Gacy, el ‘payaso asesino’
John Wayne Gacy, el ‘payaso asesino’

Nacido el 17 de marzo de 1942 en Chicago (Illinois), John Wayne Gacy tuvo una infancia de lo más traumática. Su padre, alcohólico y maltratador, abusaba física y verbalmente de su mujer y de sus hijos, incluido de John, al que menospreciaba. Las inseguridades del niño con respecto a su sexualidad comenzaron aquí y fueron aumentando con los años.

Asesinó a una treintena de menores y fue condenado a muerte, pues debajo del disfraz de político escondía un monstruo

Sin posibilidad de terminar los estudios, John encontró en la política una vía de escape. Se ofreció como candidato del Partido Demócrata en su localidad, pero de nuevo se topó con la desaprobación del patriarca. No podía soportar que su hijo estuviese en el bando contrario (él era republicano y conservador), así que John se desvinculó de la familia.

A sus dieciocho años, aterrizó en Las Vegas y empezó a trabajar en una funeraria como asistente mortuorio. Se pasaba los días rodeado de cadáveres a los que embalsamaba y preparaba para el funeral.

Se graduó en una escuela de negocios, trabajó en una compañía de zapatos y, al mudarse a Spriengfield, conoció a su primera esposa, Marlynn Myers. En 1964 contrajeron matrimonio, tuvieron dos hijos, y se mudaron a Waterloo (Iowa) donde dirigió varias franquicias de la cadena KFC, propiedad de su suegro. Pero las fantasías homosexuales de John no cesaban.

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Gracias a su estatus social, John pudo acceder a menores, hijos de otros socios, a los que convencía para mantener relaciones sexuales. La primera víctima fue Donald Voorhees, de 15 años.

De hecho, el delincuente sexual se declaró culpable, pero una vez más, echó la culpa a la víctima reseñando que el joven “venía buscándolo” y que “él solamente accedió a ello”. El tribunal lo sentenció a diez años de prisión en la cárcel de máxima seguridad de Anamosa (Iowa). Era diciembre de 1968. Tras el veredicto, jamás volvió a ver a su esposa ni a sus hijos.

Tras este período entre rejas, John decidió regresar al estado de Illinois, pero a una zona donde nadie conocía sus antecedentes penales. Compró una casa e inició una nueva etapa profesional en el sector de la construcción. Allí contactó con una amiga del instituto, Carole Hoff, con quien se volvió a casar.

 

IMPULSOS MALGINOS

Atacó a un adolescente en 1971 quien, pese a denunciarlo, no se presentó ante el juez para ratificar la acusación. Así fue cómo Gacy se volvió a librar de la cárcel y sus oficiales de la condicional no se enteraron. El depravado se inventó una imagen íntegra y honorable, disfrazado de ‘Pogo, el payaso’, para actuar ante los niños.

Uno de los primeros en morir fue Timothy McCoy, de 16 años, que aguardaba en una estación de autobuses. Gacy le convenció para que durmiese en su casa y, a la mañana siguiente, creyendo que el joven quería atacarlo con un cuchillo (estaba preparado una tostada) le apuñalo varias veces en el pecho.

Después llegaron John Butkovich, de 17 años; Samuel Stapleton, de 14 años; James Haakenson, cuyo cuerpo no fue identificado hasta 2017; Kenneth Park, de 16 años; o Michael Marino, de 14. El modus operandi era siempre el mismo: engatusaba a jóvenes con drogas o con ofertas de trabajo a cinco dólares la hora, para dormirlos con cloroformo. Luego los ataba, torturaba y los asesinaba con una soga.

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EN EL GARAJE

Esta vez secuestró a Robert Piest, de 15 años, al que convenció para dejar su empleo en una farmacia y trabajar para él en su empresa de construcción. El muchacho informó a su madre del cambio de planes y jamás regresó. La denuncia por desaparición llevó a los agentes a contactar con las últimas personas que habían hablado con el chico.

Con estas pruebas, la Policía registró el domicilio del sospechoso y descubrieron multitud de objetos incriminatorios. Desde documentos de identidad de los adolescentes desaparecidos, sus ropas y joyas, hasta esposas y jeringuillas. La detención se produjo el 22 de diciembre de 1978.

Pero aún faltaban por hallar los cadáveres de sus víctimas. No hizo falta que Gacy confesara los crímenes porque, en cuanto removieron la parte trasera del garaje, localizaron un cementerio de cuerpos. Había un total de veintinueve, el resto los arrojó al río por falta de espacio.

El 12 de marzo de 1980, John Wayne Gacy fue condenado a varias cadenas perpetuas y a varias condenas de muerte. Durante los catorce años que tardaron en ajusticiarlo, el serial killer se dedicó a vender sus pinturas y dibujos bajo el apodo de ‘Pogo, el payaso’, algunas de lo más tétricas.

El 10 de mayo de 1994, Gacy fue ejecutado mediante inyección letal. Minutos antes de su ajusticiamiento, cientos de personas se congregaron en el exterior del recinto para celebrar que uno de los peores asesinos en serie de Estados Unidos iba a morir.