Sabemos que los bebés y niños pequeños tienen un mejor desarrollo cognitivo cuando se les lee un libro, lo que resulta nuevo es la edad en la que comienzan a reaccionar ante los estímulos de la literatura.
Un estudio, publicado en la revista Child Development, comprobó que desde los 6 meses los niños prestan más atención en la lectura intencional. Es decir, a las narraciones con personajes con nombres propios y en las que se marcan pausas, se hacen gestos y cambios de entonación.
El estudio separaba a tres grupos de bebés a los que se les leía durante 10 minutos. A un grupo se le leyeron cuentos con “etiquetas individuales” (nombres propios), otro de “etiqueta de categoría”, y el tercero leyó cuentos sin etiqueta.
El primer grupo mostró mayor actividad cerebral en el electroencefalograma, esto se debía a que los niños reconocían a los personajes en las imágenes.
No sólo es importante que los libros cuenten la historia de un personaje memorizable para los pequeños. Para beneficiar sus capacidades de comunicación, aumentar su lenguaje y fortalecer su comprensión, los padres lectores deben empeñarse aún más en sus narraciones.
La psicóloga Jara Acín y Rivera da algunos consejos para hacer de una lectura, una herramienta enriquecedora para el cerebro del niño.
-No leer de forma automática, poner atención en la prosodia, la entonación, las pausas y los gestos.
-Repetir varias veces el mismo cuento, así podrá retener a los personajes y comprender mejor el mensaje.
-Hacer intercambios de miradas entre los padres y el niño
-Seleccionar libros con imágenes suaves y sencillas para niños menores de 3 años.
-Leer cuentos clásicos
