Rusia está perdiendo en todos los frentes de batalla y en todos los aspectos de la guerra —operativo, táctico y estratégico—, pero eso no implica que Ucrania tenga muchas posibilidades de lograr la victoria por la vía militar en un futuro previsible, ha advertido el jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley.
Pese a que en los meses de guerra Moscú ha perdido en varios frentes
El máximo mando militar estadounidense y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ofrecieron una rueda de prensa tras una reunión virtual de urgencia del Grupo de Contacto para la defensa de Ucrania, formada por más de cincuenta países, y después de que la explosión de un proyectil matara a dos personas en territorio de Polonia fronterizo con Ucrania.
A la espera de que concluya una investigación, el Gobierno polaco y la OTAN, con Estados Unidos al frente, consideran que se trató de un misil antiaéreo ucranio, disparado para neutralizar un cohete ruso y que cayó por accidente del otro lado de la frontera. Solo ese día, Moscú lanzó decenas de cohetes contra objetivos en el país que ha invadido desde febrero, en el bombardeo más intenso del conflicto. Ucrania, por contra, insiste en que se trató de un proyectil ruso.
Washington considera que “sean cuales sean las conclusiones finales, está claro que la responsabilidad última de este incidente recae sobre Rusia, que lanzó una avalancha de misiles sobre Ucrania destinada específicamente a golpear su infraestructura civil. Ucrania tiene todo el derecho a defenderse”. El mensaje se ha repetido una y otra vez en el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono.
“Lo que sabemos es el contexto en el que todo esto ha ocurrido. Rusia acumula revés tras revés sobre el campo de batalla y ha puesto a los civiles ucranianos y las infraestructuras civiles en su punto de mira”, declaraba Austin en la apertura de una reunión de urgencia virtual del Grupo de Contacto para la defensa de Ucrania, formada por más de cincuenta países.
Ese aluvión de ataques contra la red eléctrica y otras infraestructuras básicas constituye una campaña de “terror”, adoptada por Moscú tras encadenar revés tras revés en el logro de sus objetivos. Tras la retirada rusa de Jersón, su derrota más sonada en los nueve meses que se llevan librados de guerra, ese ejército “está usando el tiempo para tratar de reagrupar a sus fuerzas, y ha impuesto una campaña de terror, de máximo sufrimiento, sobre la población civil ucrania para desmoralizarles”, ha agregado el máximo jefe militar estadounidense. A su juicio, esas acciones constituyen “crímenes de guerra”.
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La acumulación de derrotas rusa ha ido en paralelo a los éxitos del ejército ucraniano. Si en los primeros meses su respuesta defensiva sorprendió por su fortaleza a los mandos de otros países aliados, según admitía el propio Milley, la contraofensiva que acomete desde septiembre le ha permitido recuperar miles de kilómetros cuadrados ocupados por Rusia. Kiev ha prometido continuar la presión sobre las fuerzas rusas hasta que consiga retomar todo el territorio tomado por Moscú. Incluida Crimea, la península estratégica que el gobierno de Vladímir Putin anexionó ilegalmente en 2014.
Pero el mando estadounidense ha advertido contra las expectativas de una victoria militar en el conflicto. Pese a que en los meses de guerra Moscú ha perdido grandes cantidades de equipamiento, vehículos y armas —”no puedo decir cuántos, es información clasificada, pero son cifras considerables”, explicaba el militar—, su ejército aún es poderoso.
“La probabilidad de una victoria militar ucrania, definida como echar a patadas a los rusos de todo su territorio, incluida la parte que reclaman de Crimea – la probabilidad de que eso ocurra en un momento más o menos próximo no es alta, desde un punto de vista militar”, explicaba el general. Milley se ha pronunciado públicamente en favor de aprovechar los próximos meses de invierno, en que previsiblemente se reducirán las actividades en el campo de batalla, para tratar de abrir un camino a la negociación que permita solucionar el conflicto por la vía diplomática.
“Políticamente, puede haber una solución política en la que, por razones políticas, los rusos se retiran. Eso es posible”, ha apuntado Milley en la rueda de prensa en el Pentágono. Rusia “está ahora contra la pared”, y Ucrania en una posición de fuerza, la ideal para negociar.
Pero tanto los jefes militares como el gobierno estadounidense han subrayado una y otra vez que la decisión de “cuándo, cómo y si negociar” debe tomarla Ucrania, el país agredido. Y, de momento, Kiev no está interesado. Mientras tanto, Washington insiste en que aportará la ayuda que sea necesaria para que Ucrania se defienda “todo el tiempo que haga falta”. Hasta el momento, Estados Unidos ha aportado más de 18.000 millones de dólares en asistencia militar al Gobierno del presidente Volodímir Zelenski. “Ucrania va a seguir resistiendo. Ucrania no va a retroceder”, ha considerado el general estadounidense.