Diafreoterapia: terapia para alcanzar el equilibrio físico y emocional

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La diafreoterapia (o terapia corporal de integración diafreo) es una terapia alternativa que busca alcanzar el equilibrio físico y emocional, a través de estiramientos musculares, masajes concretos y ejercicios de respiración. El método Diafreo se basa en un trabajo gradual, en el que la persona va descubriendo el origen de sus patrones emocionales y deshaciendo bloqueos musculares innecesarios.

Se realiza a través de estiramientos musculares, masajes concretos y ejercicios de respiración

¿PARA QUÉ SIRVE?

La diafreoterapia, a partir de técnicas de corrección postural y de respiración, puede tener efectos sobre el sistema neurovegetativo regulando su ritmo de víspera y sueño y mejorando el funcionamiento de los órganos.

A lo largo de la vida todos hemos ido aprendiendo respuestas (comportamiento y postura) para adaptarnos y sobrevivir (física y psíquicamente) en el medio que nos ha tocado vivir. Tal vez para adaptarnos a muchas circunstancias actuales hayamos podido bloquear algunas zonas del cuerpo, inhibido ciertas respuestas y cambiado algunas posturas.

Esta terapia puede ayudar a recuperar la flexibilidad, la espontaneidad de ciertos movimientos, la capacidad de respuesta y la conexión a ciertas áreas de la memoria. En definitiva, pretende rescatar una parte de nuestra identidad pérdida.

FRANÇOISE MÉZIÈRES, LA REVOLUCIONARIA

El trabajo corporal en Diafreo, está principalmente basado en los principios de fisiología muscular que fueron establecidos por Françoise Mézières. Iniciando sus observaciones en el curso de los años 40, esta fisioterapeuta, profesora en la escuela de fisioterapia de París desarrolló, a partir de ellas, un método que tomó su nombre: el método Mézières.

Según estos principios, la musculatura actúa siempre en cadena, destacándose principalmente la cadena posterior que va desde el cráneo a los pies, con una prolongación en la cadena interna.

Estas cadenas musculares descritas por ella, junto a la cadena lateral descrita en Diafreo, están invariablemente y crónicamente acortadas e hipertónicas, porque son, en nuestros movimientos habituales y cotidianos, solicitadas continuamente en contracción y nunca estiradas. Así el conjunto que forman va acortándose paulatinamente a lo largo de la vida. Este acortamiento se acelera como respuesta a traumas físicos y en todo proceso degenerativo.

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SESIÓN

  • Cada terapeuta tiene su protocolo, pero es muy posible que comience pidiendo al paciente que explique cuáles son sus sensaciones corporales. Puede ayudarle llevando su atención a distintas partes del cuerpo: los pies, la nuca, las lumbares, el pecho, etc. También puede describir cómo siente su respiración y cómo actúa en situaciones que le producen conflicto.
  • El terapeuta realiza masajes y propone ejercicios adaptados a cada persona para estirar los músculos contraídos y corregir compensaciones. El trabajo sobre el diafragma es esencial porque es un puente entre el consciente y el subconsciente y está implicado en la respiración y en la estabilidad del cuerpo.
  • El terapeuta puede recurrir a diferentes dinámicas, visualizaciones, juegos y ejercicios para trabajar la respuesta del paciente a distintas situaciones. Por ejemplo, puede dibujar un rectángulo en el suelo, pedirle al paciente que se coloque dentro y que defienda su posición frente a los intentos suaves del terapeuta para sacarlo fuera.
  • Es característico de la diafreoterapia que el paciente evalúe cómo se siente física y emocionalmente antes y después de cada técnica. Uno de los objetivos de la diafreoterapia es desarrollar la sensibilidad y la autoobservación del cuerpo, considerándolo como la expresión del propio ser.

ERES EL ÚNICO PROTAGONISTA

Siguiendo las enseñanzas de Carl Rogers, es el paciente el que lleva el peso de la terapia y no el terapeuta, cuyo papel es aceptar al paciente de manera positiva e incondicional, creer en su capacidad para transformarse, y ser auténtico, congruente, nos dice la diafreoterapeuta Celia Lledó, con consulta en Barcelona.

En el proceso que promueve la diafreo, se produce una reconexión con espacios internos profundos donde reside la fuerza para recuperarse. El paciente puede utilizar su resiliencia, su capacidad natural para desarrollarse de manera constructiva.

El aprendizaje es paulatino, la persona se va haciendo cargo de sí misma, va entrando en el conocimiento de sus necesidades y también de sus logros, explica la fisioterapeuta y diafreoterapeuta Pilar Alarcón, de Madrid. Así pues, la diafreo ofrece un viaje apasionante para sumergirse en la comprensión del lenguaje del cuerpo, descubrir herramientas para habitarlo de la mejor manera y crecer física y emocionalmente.