Como prevenir una tendinitis

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Tendinitis
Tendinitis

La tendinitis es la inflamación de un tendón, la estructura fibrosa que une el músculo con el hueso. Generalmente se producen por sobreuso de los tendones.

Con frecuencia se convierte en una patología crónica que tiene una alta tasa de reincidencia y que provoca dolor y aumento de sensibilidad alrededor de las articulaciones.

Es habitual la confusión entre tendinitis y tendinosis. La primera es un proceso inflamatorio agudo que no produce cambios estructurales en el tendón, mientras que la tendinosis es, según explica Pablo Hernández, codirector de la Unidad de Medicina y Cirugía Deportiva de Hospital Beata María Ana, de Madrid, “una tendinitis en evolución en la que ya hay cambios en la estructura del tendón. Por lo tanto, es más difícil de solcuionar“.

Hernández afirma que las tendinitis con muy frecuentes y calcula que pueden “afectar a un 60-70 por ciento de las personas en algún momento de la vida”.

CAUSAS

El principal motivo por el que surge es como consecuencia de una sobrecarga muscular o por una lesión. Sin embargo, también puede producirse debido al desarrollo de otra patología o por la edad, ya que con el envejecimiento los tendones van perdiendo elasticidad y se puede producir su degeneración.

Las tendinitis se pueden producir en cualquier tendón del cuerpo. Entre las áreas más comunes se encuentran los hombros, los talones, los codos y las muñecas.

Generalmente se producen en adultos jóvenes como consecuencia de un esfuerzo repetitivo (a menudo realizado en una mala postura) o por una sobrecarga en alguna zona del cuerpo. En los últimos años su prevalencia ha aumentado debido a que se realizan más actividades deportivas de esfuerzo. Esto causa que algunos músculos se fortalezcan más que otros y los tendones se debiliten. Esta patología también es muy frecuente en determinados trabajos en los que se emplean movimientos repetitivos y de fuerza.

Hernández señala que se podría distinguir entre tendinitis deportivas y tendinitis degenerativas. “Estas últimas se dan sobre todo en el tendón supraesinoso (en el hombro) y el glúteo medio (cadera), y pueden estar relacionadas con la edad y la patología reumática autoinmune“.

Entre las principales patologías que pueden causar esta afección destaca la diabetes de tipo 1 y 2 y la artritis reumatoide.

La presión de algunos tipos de calzado puede agravar algunos tipos de tendinitis, como la aquílea.

SÍNTOMAS

Las principales manifestaciones de esta patología son:

  • Dolor y sensibilidad en la movilización del tendón. Estos síntomas se agudizan en las zonas cercanas a las articulaciones.
  • Intensificación e incremento del malestar y el dolor con el movimiento o la realización de alguna actividad.
  • Dolor durante la noche.

En las fases iniciales las tenditinis solo molestan después de la actividad física. Cuando son de grado 2 también duelen durante el ejercicio; en el grado 3 molestan durante la práctica de deporte, pero no obligan a parar. Finalmente, se habla de grado 4 cuando incapacitan para hacer ejercicio.

PREVENCIÓN

No curar bien una tendinitis puede llevar a que se produzcan problemas a largo plazo. Si la inflamación se prolonga durante mucho tiempo aumenta el riesgo de lesiones y de  rupturas del tendón.

Además, si no se sigue el tratamiento y las recomendaciones médicas, los síntomas pueden reaparecer.

Algunas de las recomendaciones de los especialistas para prevenir esta patología son:

  • En las actividades deportivas es fundamental realizar un buen calentamiento antes de empezar.
  • Evitar movimientos repetitivos que puedan sobrecargar el tronco superior y el inferior. En el caso de realizar una práctica deportiva basada en las repeticiones conviene alternar estas series con periodos de descanso y recuperación.
  • Ejercitar todos los grupos musculares para mantener la flexibilidad y la fortaleza.
  • Mantener una buena hidratación.

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TRATAMIENTOS

El tratamiento de la tendinitis pretende reducir y aliviar el dolor y la inflamación de la zona afectada. Para conseguirlo, la principal recomendación que ofrecen los especialistas es el reposo para relajar el tendón afectado y ayudarle a recuperarse. Si la tendinitis es grave, en algunas ocasiones el médico puede inmovilizar la zona para garantizar que el reposo se realiza. Además, también suelen aliviar los síntomas mediante la aplicación de frío (inmediatamente después de practicar ejercicio) o calor (48 horas después) en la zona afectada.

En muchas ocasiones los especialistas aconsejan combinar el reposo con tratamiento farmacológico, principalmente con antiinflamatorios no esteroideos, también conocidos como AINE. Los más utilizados son el ácido acetilsalicílico y el ibuprofeno. Estos fármacos pueden favorecer que se reduzca la inflamación de la zona. En los casos más graves los especialistas administran inyecciones de corticoides.

También se suele recomendar fisioterapia para fortalecer el área, garantizar que el tendón se recupere y prevenir futuras lesiones. Asimismo, en las fases iniciales de la lesión se recomienda la práctica de ejercicios excéntricos en los que, según explica el experto en medicina deportiva, “a la vez que se tensa el músculo, en lugar de acortarse el tendón, lo que se hace es alargarlo”.