Los fiscales informaron que hay más de 3.000 casos penales
Desde que Rusia lanzó su invasión contra Ucrania el año pasado, múltiples acusaciones por cometer delitos de lesa humanidad han caído sobre el Kremlin, Ucrania abrió investigación por asesinato por parte de Rusia, entre los que destacan torturas, desaparición forzosa, ejecuciones extrajudiciales y otros crímenes de guerra.
Los menores de edad han sido víctimas de estos abusos por lo que fiscales ucranianos aseguraron que se abrieron más de 3.000 casos penales por delitos cometidos por Rusia contra niños en el país, incluidas docenas de casos de tortura.
Las acusaciones incluyen “asesinatos, mutilaciones, secuestros de niños, desplazamientos forzados, deportaciones, violencia sexual contra niños y secuestros”, dijo Yulia Usenko, jefa del Departamento para la Protección de los Intereses de los Niños y la Lucha contra la Violencia de la Fiscalía General de Ucrania.
Usenko aseguró además que, los delitos “a menudo se combinan con tortura y privación ilegal de libertad” y que “los órganos de instrucción y los fiscales documentan tales delitos en más de 3.200 procedimientos penales”.
Los fiscales documentaron a 75 niños que sufrieron diversas formas de tortura a manos de las fuerzas rusas, de los cuales 69 estaban ubicados vivían en la región de Chernihiv, al norte de Ucrania.
Los niños fueron retenidos en el sótano de una escuela junto con adultos y sus condiciones
y trato “equivale a tortura”, dijo Usenko.
Fueron devueltos
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, denunció que “371 niños han sido devueltos a Ucrania después de su deportación. Al mismo tiempo, sabemos con certeza que hay al menos 19.505 niños ucranianos deportados, y esto es sólo una parte de todos nuestros pequeños ucranianos que todavía están con el enemigo. Y debemos devolverlos a todos”.
La subsecretaria General de la ONU para Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, Rosemary DiCarlo, dijo que desde que comenzó la guerra, al menos 545 niños han muerto y casi 17.000 han resultado heridos, aunque es probable que las cifras reales sean mucho mayores.
Mientras que para Sergіy Kyslytsya, representante de Ucrania ante la ONU, “Rusia ha aplicado una política de secuestro masivo y adoctrinamiento por la fuerza de niños ucranianos desde 2014″. “La agresión de Rusia tiene que ver con el futuro de Ucrania, y no hay futuro sin niños”, afirmó.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, precisó durante una reunión del Consejo de Seguridad enfocada en Ucrania que las sanciones están destinadas a 11 personas y una serie de organismos rusos involucrados en esta trama criminal.
Entre ellos se encuentran varios comisarios regionales que trabajan por los “derechos de los niños” y el “campamento de verano” Artek, en Crimea, que Rusia arrebató al país durante la anexión de 2014, en una maniobra no reconocida por la comunidad internacional.
También destaca un supuesto campo de reeducación para niños en Chechenia, donde muchos menores son llevados para ser manipulados y sometidos a una “reeducación”.
“La campaña de crueldad continúa hoy en día. Estados Unidos no se quedará de brazos cruzados mientras se llevan a cabo estos crímenes de guerra y contra la humanidad”, sostuvo a continuación. A raíz de esta reciente medida, todos los activos estadounidenses de los implicados han sido congelados y sus transacciones con el país norteamericano quedaron bloqueadas, convirtiéndose en un delito, de realizarse.
Además, tres de los rusos que participan en estos traslados forzosos han sido restringidos para la obtención de una visa de ingreso a Estados Unidos.
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Privados de su libertad
La jefa del Departamento para la Protección de los Intereses de los Niños, agregó que se documentaron casos aislados de tortura infantil en las regiones del sur de Kherson y del noreste de Kharkiv, donde los niños fueron “privados de su libertad y sometidos a tortura física”. “En realidad estaban en las cámaras de tortura junto con adultos, a los ocupantes no les importaba si era un adulto o un menor”, señaló Usenko.
La excusa que usaron los rusos era que los niños difundieron información sobre el movimiento del equipo militar ruso y sus tropas. En marzo, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y la funcionaria rusa Maria Lvova-Belova por llevar adelante un plan para deportar a niños ucranianos a Rusia.
La propia Lvova-Belova, quien se desempeña como defensora rusa de los derechos del niño, reconoció que más de 700.000 niños ucranianos han sido trasladados desde Ucrania a Rusia desde el comienzo de la invasión. Ucrania denunció en su momento que Rusia había secuestrado a más de 19.500 niños y calificó el acto de deportaciones ilegales.
Lesia Zaburanna, diputada de Parlamento ucraniano, denunció en febrero de este año que que la cifra de menores deportados representa el 20% de los niños de Ucrania yseñaló que al menos la mitad fueron separados de manera forzada de sus padres.
Asimismo, la parlamentaria denunció que los pequeños son forzados a recibir mensajes
de propaganda política rusa durante horas, con la intención de ideologizarlos en favor del Kremlin. “Les cambian el nombre y les lavan el cerebro”, dijo Zaburanna. “La propaganda es un gran problema para nosotros porque convencen a las personas de ir a Rusia pero después se les imposibilita volver porque les venden una realidad falsa y no les facilitan documentos”, dijo la diputada.