Conoce cómo combinarlas y sacar su mejor provecho
Con su variedad de olores, sabores y texturas, las frutas son unas de las opciones más deliciosas y saludables a la hora de alimentarse, sin embargo, pocas veces las personas eligen de la manera adecuada. Las frutas están formadas principalmente de agua y fructuosa (azúcar natural de las frutas), además de aminoácidos, enzimas, minerales, fibra, vitaminas y aceites vegetales.
Conocer qué clase de frutas combina mejor para de esta forma disfrutar de todo su sabor y propiedades no es difícil, pero para ello necesitamos saber qué clase de frutas combina mejor entre ellas y como lograr el equilibrio perfecto para disfrutar y aprovecharlas mejor.
¿Cómo combinarlas bien?
1. Lo primero es tener en cuenta que las frutas no deben combinarse con otros alimentos, debido a que el azúcar de las frutas fermenta cualquier otro alimento con el que se les combine. Por ejemplo: si combinamos las proteínas de la carne con alguna fruta, esta puede causar indigestión pues la fruta provocará una descomposición prematura de la carne.
2. Lo ideal para aprovechar las máximas cualidades de las frutas es comerlas solas y con el estómago vacío, debido a que la mayoría de las frutas se digieren en aproximadamente 30 minutos (con excepción del mamey o el plátano que tardan más). Lo ideal es esperar a que reposen y se digieran bien para luego tomar otro alimento. Esto puede complicar a la hora del desayuno. Por ejemplo, combinar el huevo, el pan o guisados con jugo de naranja no es lo más apropiado para la digestión, pues el jugo de naranja fermentará los alimentos, y afectará al hígado. Quizá esto no se note nunca, pero sí impedimos el correcto proceso digestivo. Esta es la causa de que el cuerpo, a la larga, se debilite y esté más propenso a enfermedades.
La fructuosa nutre el cerebro y el páncreas, y no causan fermentación mientras se les combine correctamente. Por lo mismo, se debe conocerlas bien y saber cómo se clasifican, para combinarlas bien.
Dulces: plátano, durazno, higo, mamey, pasas, sandía, caña
Semidulces: mango, manzana, papaya, pera, uvas rojas, duraznos, guanábana.
Ácidas: fresa, guayaba, limón, moras, frambuesa, arándanos, piña, toronja (pomelo), zarzamora, mandarina.
Semiácidas: ciruela, kiwi, níspero, uvas verdes, bayas de goji.
Cómo mezclarlas:
• Ácidas con acidas y semiácidas
• Dulces con dulces y semidulces
No debes mezclar más de tres frutas a la vez, de manera que no sobrecargues al estómago y puedan digerirse favorablemente las frutas que comas.