Es imposible hablar de otro tema. Es imposible pensar en otra cosa. El coronavirus está provocando gran preocupación y malestar emocional en la población por la incertidumbre que genera el rápido contagio de este virus, que provoca la enfermedad conocida COVID-19 y que ya se considera una pandemia.
Debes protegerte y seguir las medidas sanitarias
AUTOCUIDADO
- Mantén una actitud optimista y objetiva. Es fuerte y capaz.
- Lleva a cabo los hábitos adecuados y de higiene y prevención que recomienden las autoridades sanitarias.
- Evita hablar permanentemente del coronavirus.
- Apóyate en tu familia y amigos.
- Ayuda a tu familia y amigos a mantener la calma y a tener un pensamiento adaptativo a cada situación.
- Acude a fuentes oficiales y busca información contrastada por expertos u organizaciones de salud.
- No contribuyas a dar difusión a noticias falsas. No alimentes tu miedo ni el de los demás.
- Ten cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas.
SI ERES POBLACIÓN DE RIESGO O VULNERABLE
- Sigue las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias. Confía en ellos porque saben lo que tienen que hacer.
- Infórmate de forma realista y sigue las pautas emocionales de autocuidado.
- No trivialices tu riesgo para intentar evadir la sensación de miedo o aprensión a la enfermedad.
- Tampoco magnifiques el riesgo real que tiene. Se precavido y prudente sin alarmarse.
- Si te recomiendan medidas de aislamiento, ten presente que es un escenario que puede llevar a sentir estrés, ansiedad, soledad, frustración, aburrimiento y/o enfado, junto con sentimientos de miedo y desesperanza. Estos efectos pueden durar o aparecer incluso después del confinamiento. Trate de mantenerse ocupado y conectado con sus seres queridos.
- Genera una rutina diaria y aprovecha para hacer aquellas cosas que te gustan, pero que habitualmente por falta de tiempo no lo puedes realizar (leer libros, ver películas o series, etc.).
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SI PADECES LA ENFERMEDAD
- Maneja tus pensamientos intrusivos. No anticipes lo peor.
- No te alarmes innecesariamente. Se realista.
- Cuando sientas miedo, apóyate en la experiencia que tienes en situaciones similares. Piensa cuántas enfermedades has superado en tu vida con éxito.
- Cuida tus necesidades básicas, como comer sano, dormir, descansar cuando tu organismo lo necesite.
- Evita consumir alcohol, drogas, medicamentos que no se necesiten o estimulantes.
- Cuenta con espacios de descanso, donde se puedan realizar actividades agradables, en solitario o con otros, como escuchar música, compartir juegos de mesa, leer, etcétera.
- Diseña una rutina de ejercicio físico, acorde a tu organismo y objetivos.
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CUIDADOS DE LA MENTE Y EL ESPÍRITU:
- Diseña una rutina diaria que puedas mantener y cuidar. Es recomendable que sea una rutina distinta para la semana y el fin de semana. En tu rutina, incluye a otras personas.
- Limita la exposición a los medios de información, selecciona aquello que necesitas saber, y aquello que tu mente pueda procesar sin activar la ansiedad. Comparte lo aprendido con tus cercanos, o con personas que puedan nutrir y aportar con reflexión y calma.
- Cuando reconozcas el estrés y la ansiedad, permite pedir ayuda. Con tu familia y tus amigos(as), para poder reorganizarte y funcionar cognitiva y emocionalmente de otra manera. Además, puedes buscar ayuda en algún dispositivo en salud mental, a través de la telepsiquiatría y telepsicología para terapia de apoyo y/o psicoterapia; pero ayúdate.
- Comparte emociones con aquellas personas que nos transmitan calma, y nos den confianza. Conversar ayuda a comprenderlas mejor, manejarlas mejor, y tolerarlas de mejor manera.
- Trata de ser consciente con las emociones y sensaciones que se experimente. Sentir emociones desagradables es una defensa de nuestra mente ante el peligro. Sin embargo, tienes que estar atento(a) ante estas emociones y sensaciones, cuando sean muy intensas, afecten tu vida diaria, y/o se mantengan por demasiado tiempo. En ese caso, habla con alguien de confianza, o busca ayuda profesional.
- Conoce y aplica estrategias de regulación emocional, como por ejemplo técnicas de relajación, ejercicio físico, actividades lúdicas, escribir, etcétera. Si funciona, hazlo más. Dedícate a hacer cosas simples, y evita tomar decisiones impulsivas.
- Mantén una actitud positiva y esperanzadora. Lo posible no es lo mismo que lo probable, y recordar que una parte importante de las personas enfermas se recuperan, y muchas otras experimentan síntomas leves.
- Fortalece tu espiritualidad, amplifica tu consciencia reflexiva en torno a dimensiones que trasciendan la vida cotidiana, y dirige la vida hacia el crecimiento personal y de nuestro entorno.