Niña de 1 año y 9 meses muere luego que su madre la abandonara por irse de fiesta

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Verphy Kudi y su hija Asiah
Verphy Kudi y su hija Asiah

¡DESPIADADA! Una joven de Inglaterra celebró su cumpleaños número 18 a lo grande. Estuvo casi una semana de fiestas con su enamorado y amigos dándole un nuevo año de vida. Sin embargo, la justicia de su país la condenó a nueve años de prisión porque en ese tiempo dejó sola a su bebé de 20 meses y le provocó la muerte.

El caso de la mamá más mala del mundo que celebró su cumpleaños por casi una semana y al regresar encontró a su pequeña sin vida

Verphy Kudi vivía sola en un apartamento situado en un edificio de viviendas subvencionadas, en Brighton. El cinco de diciembre de 2019 viajó más de 80 kilómetros para ir a un concierto en Elephant and Castle, Londres. Incluso, el DJ reveló que la recién llegada cumplía un año más de vida para emocionarla.

Ella salió de su domicilio pensando que solo estaría un día afuera, pero no fue así. Las autoridades determinaron que ella estuvo de fiesta durante cinco días, 21 horas y 58 minutos. Durante todo ese tiempo, su pequeña Asiah estuvo sola hasta que finalmente murió de influenza y de hambre, nadie pudo rescatarla.

La agasajada regresó a su casa el día 11 después de unas noches locas. Al encontrar sin vida a su hija llamó a los paramédicos, quienes llegaron en pocos minutos. Estaba “incoherente y angustiada” mientras que encontraron a la niña tirada en el suelo. Le tomaron el pulso, pero solo corroboraron su deceso.

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Tras el trágico episodio, la joven madre quedó detenida mientras la policía local realizaba las investigaciones en su contra. Kudi, con ahora 19 años de edad, pasó por varias audiencias, pero, en la final, la jueza Laing impuso la cárcel por la muerte de la bebé, quien habría pasado “un sufrimiento casi inimaginable”.

Era una niña indefensa y confió completamente en usted (Verphy) como su madre para demostrar sus necesidades”, sostuvo la letrada. Asimismo, resaltó que priorizó su deseo de celebrar su cumpleaños con sus amigos en lugar de preocuparse por las necesidades de la menor en una etapa muy temprana.

SE FUE DE FIESTA EN FIESTA

Con su novio viajó hacia la capital para el concierto que se desarrollaba dos días después, el siete de julio. Se quedó disfrutando hasta las cuatro de la madrugada del día siguiente y no quedó ahí. El nueve fueron a Coventry, a 241 kilómetros de Brighton, a continuar con la celebración de su cumpleaños.

Luego de casi una semana de juerga. Kudi decidió que era momento de regresar. Pasó nuevamente por Londres y llegó a su vivienda a las 3:38 de la tarde del 11 de diciembre. Pese a ello, no acudió a ver a su hija. Se detuvo al menos dos horas en un área de basura común para desechar unas bolsas que había traído.

Al percatarse que su pequeña no reaccionaba es que decide marcar el 999 de emergencia. “No se despertaba”, le dijo al operador que atendió su llamada. El pretexto que utilizó ante el personal que estaba en su casa fue que Asiah había estado durmiendo todo el día luego de darle leche y un analgésico para fiebre.

Una ambulancia trasladó a la occisa al Hospital Infantil Royal Alexandra de la ciudad, pero los médicos tampoco pudieron hacer nada por ella. Su declaración estuvo en tela de juicio y los oficiales iniciaron una investigación. La fiscal Sally Howes observó las cámaras de seguridad y comprobó el abandono de Verphy.

La defensa legal de la fémina indicó que el caso era “verdaderamente trágico”. Aún así destacaron su juventud e inexperiencia como madre primeriza con el objetivo de reducir la pena. Además, alegaron que una sentencia elevada iba a truncar de manera contundente su vida que apenas estaba comenzando.

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Aunque hicieron de todo para apelar al corazón de la corte, consideraron que el veredicto de nueve años era proporcional y que no frustraba el futuro de la joven, pues tenía que asumir la responsabilidad de permitir el deceso de su hija, quien dependía totalmente de ella y se alejó de ella sin preocupación.

El delito por el que purgará condena es de “homicidio accidental”. Kudi llegó a la audiencia con una chaqueta negra y una mascarilla por la pandemia de la COVID-19 y solo atinó a inclinar la cabeza mientras el tribunal le informó que iría a prisión. También lloró al ser encarcelada por el personal correspondiente.