Mandarina: Aliada de las defensas frente a las gripes

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Mandarina
Mandarina

La mandarina es el fruto del mandarino, árbol que pertenece a la familia de las Rutáceas, con características similares al naranjo, aunque más pequeño y delicado. Esta familia comprende más de 1.600 especies. Además, el género botánico Citrus, que incluye a esta fruta, es el más importante de la familia y consta de unas 20 especies con frutos comestibles, todos ellos muy abundantes en vitamina C, flavonoides y aceites esenciales.

Su grato dulzor, su escaso grado de acidez y la suavidad de su pulpa, hacen de este cítrico una de las frutas más populares

Los frutos, llamados hespérides, tienen la particularidad de que su pulpa está formada por numerosas vesículas llenas de jugo. La mandarina se considera el cítrico más afín a la naranja. Su pequeño tamaño, su sabor más aromático y la facilidad de quitar su piel, hacen de esta fruta una de las más apreciadas.

MandarinoPROPIEDADES

Como sus parientes cítricos, la naranja, el pomelo y el limón, su pulpa está formada por numerosas vesículas llenas de jugo rico en vitamina C, flavonoides, betacaroteno y aceites esenciales. Aunque no es tan rica en vitamina C como la naranja, su aporte no deja de ser considerable y se acompaña de una mayor presencia de betacaroteno o provitamina A que en la naranja.

Un par de mandarinas cubren aproximadamente la mitad de las necesidades diarias de vitamina C y el 10% del betacaroteno o provitamina A. Destaca su riqueza en ácido fólico: 100 g aportan el 40% del que se precisa al día. Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, la síntesis de material genético y la formación de anticuerpos. También contiene pequeñas dosis de B1, B2 y B6.

El mineral que más abunda en la mandarina es el potasio, necesario para la generación y transmisión de los impulsos nerviosos, la actividad muscular y el equilibrio hídrico de las células. También aporta calcio y magnesio y, en menor cantidad, hierro y cinc y fósforo.

La fibra de la mandarina ayuda a prevenir el estreñimiento, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de colon. El ácido cítrico es el responsable de su agradable acidez. Esta sustancia ejerce un efecto desinfectante y potencia el de la vitamina C.

BENEFICIOS

Aliada de las defensas frente a las gripes:

La medicina tradicional china ya consideraba la mandarina una materia de primer orden para conservar la salud. Hoy sabemos que refuerzan la inmunidad. Tomar unas cuatro mandarinas diarias es un buen complemento antioxidante y estimulante de las defensas, sobre todo gracias a su riqueza en vitamina C, que ayuda a prevenir gripes y resfriados.

Combate la anemia:

La vitamina C aumenta la absorción del hierro aportado por otros alimentos vegetales y favorece la producción de glóbulos rojos. Por eso se recomienda a las personas con anemia, un problema especialmente frecuente entre las mujeres en edad fértil.

Refuerza el sistema cardiovascular:

Su riqueza en potasio actúa como diurético natural, mientras que flavonoides como la hesperidina protegen las paredes de los vasos sanguíneos, y la pectina ayuda a reducir el colesterol perjudicial (LDL). De esta manera reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Evita el estreñimiento:

La mandarina es fuente natural de fibra, que se encuentra en la pulpa blanca que hay debajo de la piel y entre los gajos. Esta sustancia estimula el movimiento intestinal y reduce la absorción de grasas y sustancias tóxicas.

Ayuda a embarazadas y deportistas:

El ácido fólico y la vitamina C son imprescindibles en los procesos de división celular de los primeros meses de gestación. Por otra parte, la variedad de nutrientes de esta fruta ayuda a reponer el líquido y los minerales perdidos tras el ejercicio.

Elimina el ácido úrico:

El elevado contenido en agua, potasio y ácido cítrico producen un efecto diurético que favorece la eliminación del ácido úrico y sus sales. Además, alcaliniza la orina e inhibe la aparición de infecciones en las vías urinarias.

CONSEJOS PARA COMPRAR MANDARINAS

La piel de las mandarinas frescas debe ser blanda, pero no arrugada y estar bien adherida a los gajos del interior. Hay que elegir ejemplares intactos, que no presenten manchas ni puntos negros. Tampoco han de estar excesivamente blandos.

A la hora de la compra su color no es un indicativo correcto de su grado de madurez, sino que es necesario fijarse en su olor, más dulce e intenso cuanto más madura esté la fruta. En cuanto a su jugosidad, si la mandarina resulta pesada para su tamaño es posible que sea muy jugosa. También es posible adquirir en el mercado gajos de mandarina en almíbar enlatados.

CONSERVACIÓN

Si se dejan las mandarinas en el árbol después de haber alcanzado su punto óptimo de madurez la pulpa pierde acidez, contenido en zumo y sabor. Por eso se recolectan antes de que hayan madurado y así pueden mantenerse en buen estado durante semanas. En el hogar, conviene guardarlas en el cajón de las verduras del frigorífico, donde se conservan aproximadamente 15 días, aunque siempre es recomendable consumirlas lo más frescas posible.

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