Lanaterapia para ejercitar dos hemisferios cerebrales

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Lanaterapia

Lanaterapia. Desde hace algún tiempo, cada vez son más las personas que buscan en las terapias alternativas algún alivio para cuando sufren alguna enfermedad, o atraviesan por situaciones que les generan estrés o depresión. Las bajas temperaturas y los meses fríos, son una época del año en que privilegiamos realizar actividades en espacios cerrados y, por cierto, una oportunidad para que nuestra creatividad vuele.

El proyecto es personal y las creaciones van desde telares de decoración hasta prendas de vestir

Una de las actividades más sencillas, económicas y que permite la participación de todos quienes se sientan motivados, sin importar edad o género, es la llamada Lanaterapia, una rutina cuyo centro está en el ancestral acto de tejer; es decir, entrelazar fibras de manera mecánica o a mano.

Para trabajar en lanaterapia, se necesita un telar, lanas, vellón, ramas, cortezas, semillas y piedras. El proyecto es personal y las creaciones van desde telares de decoración hasta prendas como gorros, bufandas, ponchos, chalecos, cinturones y bufandas, entre otras.

 

BENEFICIOS

Se ejercitan los dos hemisferios cerebrales:

Según un estudio, el simple acto de pasar la lana por una aguja y luego por otra mejora enormemente la coordinación cerebral. Si a ello se le suma la mayor o menor complejidad del tejido que se está elaborando, la destreza mental irá potenciando aún más dicho ritmo y dicha coordinación. Tejer es realmente terapéutico para cualquier persona que, por ejemplo, tenga un problema motriz o que esté en pleno proceso de aprendizaje.

Reduce el estrés y la ansiedad:

Tejer es como meditar, mientras estás concentrado, cuentas los puntos y te centras en cada puntada, en lo que estás creando y en cómo llegar a lo que tienes en tu mente. En ese estado la mente deja de pensar en situaciones agobiantes y se vuelve creativa y meticulosa. Despejar la mente de los problemas, aunque sea por una media hora es muy importante para el control de la ansiedad y el estrés.

Fomenta la creatividad:

Cuando nos lanzamos a hacer una manualidad, la creatividad e imaginación se disparan. Tomamos las riendas y solo depende de nosotros el resultado final de la obra. Así, podemos elegir el tipo de lana preferido, el punto que vamos a aplicar y decidir qué prenda u objeto vamos a hacer. Recuerda que no solo puedes hacer ropa, también, por ejemplo, juguetes (peluches, muñecos y entre otros). Esto hace que suba nuestra autoestima y que nos sintamos mejor con nosotros mismos.

Mejora la motricidad manual:

Con los años, las manos van perdiendo destreza, por eso es muy importante mantenerlas activas para que el paso del tiempo no nos pase factura. Gracias a la lanaterapia, obtendremos beneficios sobre enfermedades como la artrosis, el síndrome del túnel carpiano o la artritis. Incluso para los niños es beneficioso, ya que ayuda a desarrollar su capacidad psicomotriz.

Si quieres que tus articulaciones se mantengan sanas es muy importante que las ejercites. Utilizar agujas grandes y lavarse las manos antes y después con agua tibia puede ayudar a este proceso.

Eleva nuestra autoestima:

Además de ser un pasatiempo, la actividad de tejer nos impone objetivos como conseguir ese chaleco de moda para el otoño o los guantes y bufanda para los regalos de Navidad. Dar un regalo elaborado con nuestras propias manos, en donde se vea reflejado nuestro arte e imaginación, siempre es bien agradecido. Esa aceptación o gratificación a nuestro trabajo sin duda eleva nuestra autoestima.

Puedes regalar obsequios:

Al tejer se desarrolla la capacidad altruista en uno mismo. La mayoría, ejercen esta actividad con la intención de regalar y no solo estamos regalando un objeto, también un trozo de nuestro tiempo y de nuestra creatividad.

Protege la salud cerebral:

La estimulación de tantas secciones diferentes del cerebro cuando se teje ayuda a mantener la función cognitiva, especialmente a medida que envejecemos. Recientes investigaciones han dado como resultado que las personas mayores que regularmente tejen o se dedican a otras aficiones artísticas tienen un 50% menos de posibilidades de desarrollar un “deterioro cognitivo leve” que los que no lo hacen.

 

RECOMENDACIONES AL TEJER

  • Lee el patrón antes de comenzar a tejer.
  • Compra suficientes ovillos o más lana, para evitar comprar otro ovillo, que quizás tenga un grosor o una tonalidad distinta.
  • El metraje importa casi tanto más que los gramos: Dos ovillos de hilados diferentes pueden pesar lo mismo, pero no siempre tendrán la misma cantidad de metros.
  • Lávate las manos: No sólo para evitar ensuciar tu tejido, sino para evitar que transpiren y así las hebras corren mejor por los dedos.
  • Si el tejido está apretado, cambia palillos: Hay personas que tejen más apretado que el resto, pero eso no es justificación para hacerlo. Generalmente cada hilado, en relación a un punto en específico, tiene una tensión ideal.
  • No dejes una fila por la mitad, porque es probable que se te salgan algunos puntos.
  • Marca tus filas: Puedes usar papel, lápiz o un marcador.
  • Teje las piezas iguales al mismo tiempo.
  • Siempre bloquea tu tejido, para emparejar los puntos, lograr el tamaño y la forma adecuada y enderezar los bordes.
  • Remata las hebras prolijamente: Lo importante es no hacer nudos que formen bultos.