Chimenea de la Capilla Sixtina emana humo blanco y anuncia la designación de un nuevo papa
¡Habemus papa! Este jueves, una señal inequívoca se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina: una fumata blanca anunció al mundo que los cardenales reunidos en el Vaticano han elegido al nuevo líder de la Iglesia católica. La segunda jornada del cónclave concluyó con éxito, luego de que los 133 cardenales convocados alcanzaran el quorum necesario de 89 votos para nombrar al sucesor del papa Francisco.
La identidad del nuevo pontífice será revelada oficialmente en cuestión de minutos mediante una ceremonia solemne desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Mientras tanto, la expectación crece en la Plaza de San Pedro, donde miles de fieles celebran el momento histórico, registrando la escena con sus teléfonos celulares y esperando ansiosos la aparición del nuevo papa.
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Desde el interior del Vaticano, el proceso que sigue a la elección ya está en marcha. El cardenal electo debe aceptar formalmente su elección, una decisión cargada de significado, que se toma en la llamada «sala de las lágrimas», un espacio reservado para la reflexión personal y el impacto de asumir el rol espiritual más alto dentro del catolicismo. Posteriormente, el nuevo pontífice elige el nombre con el que será conocido durante su pontificado y se reviste con la indumentaria papal blanca, incluyendo el tradicional anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio.
Solo entonces, acompañado por la solemnidad del momento, se dirigirá hacia el balcón principal de la Basílica para presentarse ante el mundo. El cardenal designado para ello anunciará el tradicional “Habemus Papam”, seguido del nombre de nacimiento y el nombre papal escogido por el nuevo papa.
La comunidad católica mundial y los millones que siguen la transmisión en vivo esperan ese instante con profundo entusiasmo. El nuevo papa, elegido tras la cuarta votación, marcará el inicio de una nueva etapa en la historia de la Iglesia.