Durante el primer semestre del 2023, 2 millones de peruanos han dejado de comer igual, y es la más alta en los últimos 16 años, sin considerar la pandemia
En el Perú, la inseguridad alimentaria está empeorando. Según un informe reciente del Instituto Peruano de Economía (IPE), durante la primera mitad del año, más de 2 millones de ciudadanos redujeron su consumo de alimentos, marcando la cifra más alta en los últimos 16 años, excluyendo el periodo de la pandemia.
Víctor Fuentes, gerente de Políticas Públicas del IPE, explica que dos factores principales contribuyen a esta problemática: el notable aumento en el precio de los alimentos y el estancamiento económico, que se ha traducido en una disminución de los ingresos de la población.
“Los costos subieron fuertemente, la capacidad de gasto del bolsillo de hogares se ajustó. Si lo comparamos con el tamaño de la población, 6 de cada 10 peruanos han disminuido el consumo de algunos alimentos ante la pérdida de ingresos”, indicó en entrevista con los medios.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), el porcentaje de hogares en el Perú que experimentaron una disminución en sus ingresos debido a diversos factores, como enfermedad, pérdida de empleo o desastres naturales, aumentó del 19% en 2019 al 27% en 2022.
A raíz de esta situación, se ha observado que las familias han reducido su consumo de alimentos. Durante el primer semestre del 2023, se estima que aproximadamente el 6,3% de la población, equivalente a 2,1 millones de personas, ha disminuido su ingesta de alimentos.
Peruanos no comen igual
Los hogares peruanos vulnerables han dejado de adquirir alimentos ricos en proteínas, como evidencia la disminución en el consumo de carnes. En los niveles socioeconómicos más bajos (C, D y E), se registró una caída del 14% en el consumo de carnes rojas en los últimos cinco años. Por otro lado, en el nivel socioeconómico B, la reducción en el consumo de carnes fue más pronunciada, alcanzando un 26%.
Aunque en los últimos meses se ha observado una desaceleración en el aumento de los precios, según el Instituto Peruano de Economía (IPE), esto contribuirá a aliviar la presión económica en los hogares, permitiendo un menor impacto en sus bolsillos.
Se ha observado que las disparidades en la inflación entre los hogares pobres y ricos se han reducido significativamente. No obstante, el Instituto Peruano de Economía advierte que una disminución en la inflación por sí sola será insuficiente si no va acompañada de un aumento en la dinámica de los ingresos laborales. Este último aspecto solo sería posible mediante un mayor impulso en la inversión y la generación de empleo.
“Si bien la inflación se viene ajustando, termina de ser insuficiente porque los ingresos siguen sin mejorar”, acotó el experto.
Aunque el consumo de carne aumentó en el ámbito rural durante la pandemia del Covid-19, este comenzó a caer rápido desde el 2022 frente al incremento de la inflación de alimentos.
IPE declara
Este resultado se alinea con el retroceso de casi 10 años en la disminución de la pobreza extrema, subrayando la gravedad de la crisis de inseguridad alimentaria.
“Considerando que la economía tendría una caída de 0,3% con un sesgo a la baja, sí esperamos que la pobreza tenga un incremento este año, probablemente en el orden de 2 a 3 puntos. Es virtualmente imposible que la pobreza se mantenga en el nivel del último año”, explicó.
Te puede interesar: