CONOCE LOS RIESGOS DE COLOCARLAS EN LUGARES INADECUADOS Y DE REGARLAS MUCHO
El cuidado adecuado de las plantas incluye evitar errores comunes como una ubicación incorrecta, exceso o falta de riego, mal drenaje, insuficiencia de luz, macetas inapropiadas y el uso excesivo de fertilizantes
Tener una planta es asumir el compromiso de brindarle los cuidados adecuados, pero no todas requieren la misma atención. Mientras algunas especies son más resistentes, otras necesitan condiciones específicas para prosperar. Es común que, por inexperiencia, se cometen errores que afectan su desarrollo e incluso provocan su deterioro. Factores como el riego, la iluminación y el clima adecuado son esenciales para mantenerlas saludables.
Sin embargo, existen errores frecuentes que muchas personas pasan por alto y que pueden marcar la diferencia entre una planta en crecimiento y una que no sobrevive. Conocerlos le permitirá evitarlos y asegurar el bienestar de sus plantas.
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Ponerlas en sitios poco indicados
Ubicar una planta en el lugar adecuado es fundamental para su desarrollo, ya que factores como la temperatura, la luz y la ventilación pueden afectar significativamente su bienestar. Un error común es colocarlas cerca de fuentes de calor, como radiadores, cocinas o equipos electrónicos que generen altas temperaturas, ya que esto puede provocar que el sustrato se seque demasiado rápido y las hojas se deshidraten.
Asimismo, es importante evitar ubicarlas en zonas con corrientes de aire fuertes, como cerca de puertas que se abran con frecuencia o en pasillos donde haya cambios bruscos de temperatura. Otro aspecto clave es la iluminación: si bien algunas especies requieren luz abundante, no deben ubicarse en ventanas sin acceso a la luz natural ni en espacios oscuros donde la falta de claridad afecte su crecimiento.
Por otro lado, aunque la luz solar es esencial, hay que tener precaución con la exposición directa detrás de un vidrio, ya que este puede generar un efecto lupa y quemar las hojas. Para evitarlo, es recomendable utilizar cortinas ligeras o colocar la planta en un punto donde reciba luz indirecta.
También debe considerar la presencia de mascotas, ya que algunos animales pueden empujar, voltear o morder las plantas, lo que no solo afecta su crecimiento, sino que en algunos casos podría ser peligroso si la especie es tóxica para ellos. Ubicarlas en lugares estratégicos, fuera del alcance de perros y gatos, garantizará su seguridad y la de su entorno.
Fertilizantes inadecuados
Una maceta demasiado pequeña puede limitar el crecimiento de las raíces, ya que estas se vuelven demasiado apretadas y no pueden respirar adecuadamente. Esto provoca que la planta se debilite, ya que las raíces no tienen suficiente espacio para expandirse y absorber los nutrientes necesarios. En estos casos, lo mejor es trasplantar la planta a un macetero más grande, donde las raíces puedan desarrollarse cómodamente. Además, es importante eliminar cualquier parte de la planta que esté seca o dañada. Para saber si una rama o una parte de la planta está muerta, basta con rascar la corteza: si está verde por dentro, está viva; si está seca y se agrieta fácilmente, está muerta.
Regar en exceso
Cuando una planta recibe demasiada agua, empieza a mostrar señales visibles de que algo anda mal. Sus hojas pueden volverse amarillas y caerse porque las raíces, al estar constantemente encharcadas, no pueden obtener suficiente oxígeno. Además, las raíces pueden comenzar a pudrirse, lo que se nota porque se vuelven blandas y pueden despedir un olor desagradable. Un signo claro de exceso de riego es que la tierra se mantiene húmeda todo el tiempo, lo que también puede favorecer la aparición de hongos y enfermedades.
El uso de fertilizantes también es clave para el buen desarrollo de las plantas, pero es importante no excederse. Aunque es recomendable aplicar fertilizante semanalmente, un exceso de este puede tener efectos negativos, debilitando a la planta en lugar de fortalecerla. El exceso de nutrientes puede alterar el equilibrio del suelo y, a largo plazo, causar más daño que beneficio. Es fundamental seguir las recomendaciones sobre la cantidad y frecuencia de aplicación para evitar problemas y asegurar el crecimiento saludable de la planta.
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El exceso de agua tiene varias consecuencias negativas. Cuando las raíces quedan sumergidas en demasiada agua, el oxígeno dentro del suelo desaparece, lo que las asfixia y debilita. Además, un ambiente constantemente húmedo facilita el crecimiento de hongos y bacterias que pueden enfermar a la planta. Como resultado, la planta no puede absorber los nutrientes que necesita, lo que provoca hojas amarillas (clorosis) y un debilitamiento general. Esto la hace más vulnerable a plagas, como la mosca del sustrato, un insecto común en plantas de interior cuando el suelo está demasiado húmedo.
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