El papel de los chinos en la Guerra con Chile

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1964
Quintin Quintana, el líder chino que ayudó al chileno Patricio Lynch
Quintin Quintana, el líder chino que ayudó al chileno Patricio Lynch

Estuvieron en batallas y combates dándoles una mano a los chilenos

En la Guerra del Pacifico de 1879 no solo participaron Chile, Perú y Bolivia, sino también a ciudadanos de otro país: China. Ellos cumplieron un rol muy importante en batallas y combates, apoyando al ejército chileno al mando del Comandante Lynch.

Serviciales, ligeros y comedidos los chinos daban noticias de los caminos, de los recursos y de los fundos que tenían provisiones de animales de servicio, también servían de asistentes de clases y soldados. Adoraban al Capitán chileno Villarroel, que les hablaba en su lengua, pues en sus peregrinaciones, había estado en Manchuria trabajando en las minas en el celeste imperio.

Al dirigirse los chilenos hacia Ica, el líder de los chinos Quintín Quintana ordena a sus hombres seguir al ejército que estaba formado por la 1º Brigada Lynch de la 1ª División Villagrán, prestándole importantes servicios en la conducción de bagajes, transporte de heridos y provisión de agua, leña y verdura para el rancho de la 1º Brigada. Durante el trayecto se unen más culíes de las haciendas de caña llegando a un total de 1500 chinos.

Quintín implanta en sus subordinados la más estricta disciplina; divididos en centurias y decurias, obedecen militarmente y todos siguen ciegamente a su general.

500 de los más jóvenes y resueltos, pasan a los pontoneros del Capitán Villarroel, destinados a desactivar las minas, bombas automáticas y cortar los cables de las baterías eléctricas.

Muchos pasan a ayudantes de los asistentes y aun de asistentes titulares de clases y soldados, y todos con kepis y uniformes de Brin y botas de tropa proporcionadas por la Intendencia chilena.

Las divisiones chilenas comienzan a partir de Lurín iniciando la marcha la primera División Lynch y siguiendo los demás a continuación por orden numérico. A la derecha de la primera división, se divisa una masa movediza que se confunde con las arenas; son los chinos del Capitán Villarroel, que se arrastraban, encargados de cortar los alambres de las minas y hacer estallar las bombas a su momento.

 

13 de enero de 1881, Batalla de Chorrillos.

Durante el avance pausado y silencioso de las divisiones chilenas, soldados peruanos se percatan que, delante de ellos, se mueven bultos blancos que escarban la tierra. Son los chinos del Capitán Villarroel, que buscan la minas peruanas, señaladas por objetos brillantes, cajas de conserva, botellas y discos de lata, atados por un alambre a cubos de hierro, enterradas a profundidad, cargadas con 1,2 y a veces con 10 libras de dinamita, asentados sobre un depósito de bicromato de potasio cuyo fulminante estalla por la simple presión del pie.

Había también minas de grueso calibre, unidas por alambres a los trincheramientos peruanos, desde donde se las hacía explotar por contacto eléctrico. Estos chinos prestaban muy buenos servicios a los chilenos al entrar en la zona minada peruana. Con la calma propia de su raza, ubicaban las señales y enseguida cortaban los hilos conductores. No obstante, aunque se tomaban las precauciones, estallaban algunas minas.

El Capitán Villarroel o el General Dinamita, llamado con cariño por los soldados, con el arrojo de los “Pontoneros” y la paciencia de su batallón de chinos, corta los alambres conectados desde las casetas a orillas de la playa a las minas sumergidas.

 

15 de enero de 1881, Batalla de Miraflores.

Un batallón de Pontoneros y 300 chinos se arrastran entre las ondulaciones del suelo, cortando los alambres de las minas, que las unen a las estaciones eléctricas ubicadas en los reductos peruanos; inutiliza decenas de estas minas, algunas bastante potentes para elevar una compañía entera. En las postrimerías de la lucha, dos tiros de rifle tienden al Capitán Villarroel al acercarse a un reducto peruano. El General Dinamita queda inválido para toda la vida.