Cómo superar la dependencia emocional

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Cuando tu bienestar, tu seguridad emocional o felicidad depende de otras personas o de lo que éstas hagan, digan o piensen de ti, entonces muy posiblemente eres una persona con claros síntomas de dependencia emocional.

7 claves para ser un imán para los demás

Causas de la dependencia emocional

La dependencia emocional está alimentada por la falta de autoestima y por aquellas inseguridades personales que alimentan la desconfianza, el miedo y la incertidumbre. Debido a todo ello, la necesidad de buscar seguridad y control aumenta de forma exponencial.

En el interior de una persona con dependencia afectiva existe un nivel de sufrimiento sumamente alto, porque quien la padece llega a pensar que es incapaz de vivir sin esa persona.

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Por supuesto, en todo este perverso juego de necesidades y apego emocional tienen un papel fundamental las creencias o convicciones personales sobre cómo deberían ser y comportarse los demás. Y este punto en concreto, en el mundo de las relaciones de pareja, merece que lo analicemos un poco más en detalle:

La dependencia emocional en pareja

En el fondo, aquellas personas que día a día necesitan controlar a su compañero/a de vida lo que están mostrando es un miedo acérrimo a perder al otro/a. Sin duda, es como una especie de adicción a una persona que, lejos de ser un buen ejemplo de romanticismo o amor (¡elimina desde ya esa idea o tópico dañino!), acabará por asfixiar la relación.

En algunos casos llega a ser tan extremo que, en vez de tener una pareja, parecen tener un espía. Por ello, recuerda que el miedo desconfía, mientras que el amor se alimenta de la confianza, y tú tienes que ser brutalmente sincero/a contigo y preguntarte qué escoges: ¿amor o dependencia?

¿Necesitas complacer a todo el mundo? ¡Mucho ojo!

Otro claro ejemplo de enganche emocional y que suele pasar más desapercibido (¡parece que siempre este tema tiene que ver únicamente con las relaciones de pareja!) es aquel en el que una persona busca complacer a todo el mundo para caer bien, para encajar, para sentirse aceptada/o por el miedo al rechazo.

Es una muestra más de cómo puede llegar a infravalorarse uno mismo y cómo, para encontrar esa aceptación y satisfacer su dependencia emocional, se fija en exclusiva en el bienestar del otro por miedo a perderlo. Como te decía antes, en la mente de alguien así vive la errónea y tóxica idea de que no pueden vivir sin el otro, o que necesita de los demás para disfrutar de su vida.

Superar la dependencia emocional con 7 claves

Aquí quiero compartir contigo 7 consejos sobre cómo eliminar, poco a poco, cualquier tipo de relación de dependencia emocional en la que estés inmerso/a. Como verás, no se trata de algo que lograrás de hoy para mañana, pero sí es el inicio de una nueva relación contigo mismo/a.

Debes entender que vencer el apego emocional depende de dos cosas: de tu trabajo personal y de la constancia.

  • Reconocerla es el primer paso. Nunca podemos solucionar aquello que negamos, ni aquello que no comprendemos. Por lo que el primer paso es reconocer que existe un problema. A veces lo más fácil es culpar a los demás, pero desde ahí nada cambiará. Por eso, tenemos que examinar nuestras relaciones de pareja, familiares o de amistad. Cuando reconocemos un problema podemos comenzar a resolverlo.
  • Invierte en tu desarrollo personal. Tu propio crecimiento personal es el factor fundamental para aumentar tu confianza, creer más en ti y mejorar tu autoestima, que es lo que marcará la diferencia. Cuando eso sucede, te sientes más merecedora como persona, menos vulnerable a las opiniones de los demás; te sentirás más libre, más fuerte y con menos dependencia emocional.
  • Céntrate más en ti. Esto no quiere decir ser más egoísta, sino que te des cuenta de que lo realmente importante es lo que tú pienses sobre ti, y no las opiniones de los demás. Deja de estar pendiente de qué dirán o pensarán los demás; la opinión más importante es la que tienes sobre ti misma. Para ello hay que reforzar la identidad personal y desarrollar una autoimagen valiosa que sea digna de ser respetada y amada.
  • Deja atrás el pasado. Siempre hay que aprender del pasado porque es nuestro gran maestro, pero no traigas al presente los problemas de relaciones de entonces, porque estarás añadiendo una enorme y pesada carga a tu relación actual.
  • Comprueba tus reglas. En ocasiones nos encontramos con personas que han adquirido unas rígidas reglas o creencias sobre cómo tiene que ser una relación y sobre cómo tienen que comportarse los demás. Esas creencias personales -en ocasiones erróneas- son una enorme carga en cualquier relación y se convierten en una gran fuente de constantes decepciones.
  • Asume la responsabilidad de tus emociones. A veces llegamos a pensar que nuestras emociones vienen de afuera, que todo lo que sentimos viene del exterior, pero en realidad nace de la interpretación y el significado que damos a las cosas que suceden en nuestra vida. Por eso, nadie más que nosotros mismos somos dueños y responsables de nuestras interpretaciones y, por tanto, de nuestras emociones. Es fácil adquirir el papel de víctima, de pensar que todo es culpa de los demás. Pero si quieres dejar de ser una persona con dependencia emocional, lo primero es asumir la responsabilidad de tus emociones y de tu vida, sabiendo que ésta no está en manos de los demás, sino en las tuyas propias.
  • Aprende a estar bien a solas. La persona con la que más tiempo vas a pasar el resto de tu vida es contigo misma. Por eso, esa es la relación que más debes de cuidar. Si no estás bien contigo, ¿por qué lo van a estar los demás?

 

A veces nos pasamos la vida esperando a que aparezca la persona correcta que nos comprenda, que encaje en todos los aspectos, que nos haga felices; la persona que a partir del momento en el que aparezca todo por fin será perfecto…

La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿somos nosotros esa clase de persona capaces de crear ese impacto en la vida de alguien?

Por lo tanto, el primer paso es desarrollar una mejor autoestima para estar bien con uno mismo, a solas, querernos más; aprender a convivir con uno mismo sin dependencias emocionales, aprender a vivir de una manera más madura y sana, cuidarnos y mimarnos.

De esa manera pasamos de la dependencia emocional a no depender de nadie. Será entonces cuando nuestra actitud, nuestra personalidad y seguridad serán un imán para los demás.

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