Conozca el triángulo amoroso del siglo XX

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Leonidas Yerovi
Leonidas Yerovi

Triángulo amoroso. Uno de los crímenes más sonados de Lima, en el siglo XX, fue el asesinato del poeta, periodista y dramaturgo Leonidas Yerovi. Un ingeniero chileno, quien estaba enamorado de la mujer con la que el intelectual peruano iniciaba un supuesto romance, le disparó cuatro balazos. Alrededor de 30 mil personas acudieron al cortejo fúnebre rumbo al cementerio Presbítero Maestro.

Ingeniero celoso le mete cuatro balazos al dramaturgo Leonidas Yerovi por el amor de una mujer

El ataque ocurrió el 14 de febrero de 1917. Yerovi, cuando era periodista de La Crónica, llamó por teléfono a la pensión “Americana” con el objetivo de contactarse con Ángela Argüelles, una actriz argentina que había traído una compañía de teatro a la capital peruana. Le respondió Manuel José Sánchez (28), amigo de la mujer, de manera déspota y le colgó el teléfono.

Leonidas Yerovi, enfurecido, fue en busca de Sánchez, un ingeniero chileno que había conocido a Ángela en Buenos Aires y llegó a Lima con el propósito de conquistarla. Molesto por la afrenta, el poeta lo retó a pelear en la calle.

PUÑETAZO

Ambos salieron y Yerovi le lanzó un certero puñete en la cara. Luego de increparle su actitud, procedió a retirarse y le dio la espalda. Sánchez desenfundó el arma que llevaba entre su ropa y le disparó por la espalda.

Herido en el hombro, volteó y le gritó “¡Cobarde!”. El arquitecto chileno le descerrajó otros cuatro balazos en el pecho. Varias personas se acercaron para auxiliarlo y lo trasladaron primero la Botica Francesa y luego, dada su gravedad, al hospital Mesón de Sante, donde falleció al siguiente día.

Manuel Sánchez fue detenido, luego del crimen, por el inspector Carrasco, quien hacía guardia cerca de la iglesia de La Merced, en el Jirón de la Unión. Cuando era conducido al Panóptico de Lima, una muchedumbre enardecida estuvo a punto de lincharlo, por lo que la policía tuvo que lanzar disparos al aire.

5 AÑOS DE CÁRCEL

Fue condenado a 5 años de cárcel en la Penitenciaría de Lima. El juez Óscar Cebrián consideró que la víctima del crimen era un poeta, bohemio, no religioso, llevaba una vida licenciosa y, por tanto, era considerado “un pecador”. Además, con el puñetazo había provocado al agresor.

Jeanet Douat, madre de Yerovi, pidió un nuevo juicio y logró que le revoquen la sentencia y lo condenen a 11 años de cárcel. Ella era ecuatoriana de ascendencia francesa y había sido abandonada por su pareja, un político ecuatoriano, cuando Leonidas tenía apenas un año.

Leonidas Yerovi pasó una dura niñez y adolescencia. A los 13 años se convirtió en el sostén de su familia al empezar a trabajar como vendedor de una tienda de telas, donde lo aceptaron por su habilidad para crear versos y encandilar a los clientes.

VALDELOMAR LO DESPIDIÓ

A los 20 años viajó a Ecuador en busca de su padre, el mismo que lo recibió con frialdad. Regresó a Lima decepcionado y decidió incursionar en el periodismo. Empezó en una revista satírica y en 1910 se convirtió en redactor fundador del diario La Prensa, donde escribiría columnas y crónicas satíricas que le dieron fama.

Como era muy conocido y popular, la familia recibió las condolencias de los principales diarios y revistas de la época, como La Crónica, El Comercio, Variedades y Mundial. También de poetas, literatos, periodistas y políticos.

El 17 de febrero, dos días después de la muerte, el féretro fue llevado en hombros, en un cortejo fúnebre multitudinario y nunca antes visto, desde el Jirón de la Unión hasta el cementerio de Barrios Altos, con una parada en la Plaza de la Inquisición, hoy Plaza Bolívar. En el sepelio, Abraham Valdelomar, quien ya era un escritor consagrado, leyó una sentida oración fúnebre.

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“MONOS Y MONADAS”

Leonidas Yerovi fue encarcelado con todos los periodistas de la prensa en el gobierno de Augusto B. Leguía. En 1905 fundó el semanario de humor satírico “Monos y Monadas”, el cual contó con la participación de las mejores plumas, como las de Ricardo Palma, Abraham Valdelomar, Manuel González Prada y Abelardo Gamarra, “El Tunante”, así como del nicaragüense Rubén Darío y el uruguayo Amado Nervo.

Su nieto, el poeta, dramaturgo, periodista y humorista Nicolás Yerovi, relanzó “Monos y Monadas” 70 años después y con frecuencia le rinde homenaje al ilustre poeta, considerado uno de los más importantes del siglo pasado.