Chicha de arroz

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El Rincon Veneco
El Rincon Veneco

EL RINCÓN VENECO

Por: Alma Llanera

¡Epa mis panas venezolanos y peruanos, qué más! Aquí reencontrándonos en este Rincón Veneco.
La creatividad de mis compatriotas de Venezuela les está ayudando a “buscarse la papa” (sobrevivir) en este hermoso país que nos ha adoptado.
Es así como en la variación está el gusto, mis paisas están remplazando la ya muy “sipi y nopi” (repetida) tizana venezolana, con nuestra “Chicha de arroz”.
Esta es una bebida tradicional en Venezuela desde los tiempos de la colonia y no es por si acaso, “chuletearse” (copiarse) el arroz con leche limeño, porque son otros los ingredientes y otra preparación.
Las venezolanas usamos 1 taza de arroz; 7 tazas de agua; 2 tazas de leche de leche evaporada; 1 lata de leche condensada; ½ cucharadita de esencia de vainilla; azúcar al gusto; cubos de hielo y como toque final, canela en polvo.

La noche anterior a la preparación dejamos remojando el arroz con dos tazas de agua. El siguiente paso es escurrirlas.
En una olla colocamos el arroz y 5 tazas de agua. Dejamos que llegue a un nivel de ebullición con un fuego bajo. Revisamos hasta que quede el grano blando. La cocción puede demorar de 30 a 40 minutos.
El siguiente paso es colocar en una licuadora toda la mezcla que hicimos previamente. Trituramos o machacamos muy bien el arroz.

En un recipiente vertemos el líquido y añadimos las tazas de leche evaporada y condensada. Mezclamos con una cuchara de madera.
Añadimos los cubos de hielo y la esencia de vainilla. Probamos su sabor y si está poco o lo exacto de dulce. Dejamos que repose en el refrigerador por unos minutos, ¡y listo!, ya puedes tomarla.

Con mi hermanita ya nos estamos preparando para preparar un lote y venderlo en el jirón de la Unión antes que nos ganen por puesta de mano, pues aquí en Lima como en la China el que no corre, vuela.

De seguir en este paso, quizás podamos conquistar el exigente gusto de los limeños como lo hicieron los chinos y los japoneses hace más de 100 años. Uno nunca sabe y terminamos siendo una fusión más de la mundialmente cotizada cocina peruana.
Rezo a Nuestra Señora de Coromoto por ello.