Si quieres tener una larga vida, es importante que llevemos una rutina saludable, sobre todo, en nuestros hábitos alimenticios. Únicamente comiendo de manera correcta y balanceada, podemos evitar que nuestro organismo sufra de muchas enfermedades. Si te preguntas cómo hacerlo, a continuación te 7 tips que debes poner a prueba
Come una gran variedad de alimentos
Para gozar de buena salud, necesitamos más de 40 nutrientes diferentes, y ningún alimento puede proporcionarlos a todos. Por ello, gracias a Kimbino puedes hacer una selección a través del catálogo Plaza Vea 2019, de Metro u otro supermercado de tu preferencia, y elegir alimentos de todo tipo: muchas frutas, verduras, legumbres, cereales altos en fibra, pollo, pescado y más. No se trata de dejar de comer o de hacer una sola comida, sino de una elección equilibrada.
Basa tu dieta en muchos alimentos ricos en carbohidratos
Alrededor de la mitad de las calorías de nuestra dieta deben provenir de alimentos ricos en carbohidratos, como cereales, arroz, pasta, papas y pan. Los alimentos integrales, como el pan integral, las pastas y los cereales, aumentarán nuestra ingesta de fibra. Con esta lista en mente puedes revisar el Tottus catálogo, de Vivanda o Wong, así eliges dónde comprar para incluir al menos uno de estos alimentos en cada comida. Ahora puedes tener estas tiendas en tu bolsillo con sus folletos online.
Reemplaza grasa saturada con grasa insaturada
Las grasas son importantes para la buena salud y el buen funcionamiento del cuerpo. Sin embargo, si se consumen en exceso pueden afectar negativamente nuestro peso y salud cardiovascular. Diferentes tipos de grasas tienen diferentes efectos en la salud, lo ideal es mantener el equilibrio correcto:
- Debemos limitar el consumo de grasas totales y saturadas (a menudo provenientes de alimentos de origen animal) y evitar por completo las grasas trans.
- Comer pescado 2-3 veces a la semana, con al menos una porción de pescado graso, contribuirá a nuestra ingesta correcta de grasas no saturadas.
- Al cocinar, debemos hervir, hornear o cocer al vapor, en lugar de freír, eliminar la parte grasa de la carne, usar aceites vegetales.
Beber muchos líquidos
Si eres una persona que hace ejercicio regularmente, y crees que lo más importante durante el entrenamiento es llevar la ropa deportiva que encontraste en las Saga Falabella ofertas 2019, entonces estás muy equivocado. ¡Lo realmente importante es la hidratación!
¡Los adultos necesitan beber al menos 1.5 litros de líquido al día! O más si hace mucho calor o son físicamente activos. El agua es la mejor fuente, por supuesto, puede ser agua del grifo o mineral, con gas o sin gas, simple o con sabor. Los jugos de frutas, el té, los refrescos, la leche y otras bebidas igualmente están bien, pero de vez en cuando.
Disfruta de muchas frutas y verduras
Las frutas y los vegetales se encuentran entre los alimentos más importantes por brindarnos suficientes vitaminas, minerales y fibra, por ello al hacer las compras se debe priorizar tener más de esto. Debemos tratar de comer al menos 5 porciones al día. Por ejemplo, un vaso de jugo de fruta fresca en el desayuno, tal vez una manzana y un trozo de sandía como bocadillos, y una buena porción de verduras diferentes en cada comida.
Reducir el consumo de sal y azúcar
Una ingesta alta de sal puede provocar presión arterial alta y aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. Hay diferentes maneras de reducir la sal en la dieta:
- Al comprar, podríamos elegir productos con menor contenido de sodio.
- Al cocinar, la sal se puede sustituir por especias, aumentando la variedad de sabores y sabores.
- Al comer, ayuda no tener sal en la mesa, o al menos no agregar sal antes de probar.
El azúcar proporciona dulzor y un sabor atractivo, pero se disfruta mejor con moderación, como un gusto ocasional. Podríamos usar frutas en su lugar, incluso para endulzar nuestros alimentos y bebidas.
Comer regularmente controlando el tamaño de la porción
Comer regularmente y en las cantidades adecuadas es la mejor fórmula para una dieta saludable. Omitir comidas, especialmente el desayuno, puede llevar a un hambre fuera de control, lo que a menudo resulta en una sobrealimentación.
Las meriendas entre comidas pueden ayudar a controlar el hambre, pero las meriendas no deben reemplazar las comidas. Para los bocadillos, podemos elegir yogur, un puñado de frutas o verduras frescas o secas, nueces sin sal o tal vez algo de pan con queso.
Prestar atención al tamaño de la porción nos ayudará a no consumir demasiadas calorías y nos permitirá comer todos los alimentos que disfrutamos, sin tener que eliminarlos.
