23 muertos deja otro intento masivo de migrantes por entrar a España

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23 muertos deja otro intento masivo de migrantes por entrar a España
23 muertos deja otro intento masivo de migrantes por entrar a España

Una avalancha de unas dos mil personas que el viernes intentaban cruzar la valla fronteriza desde Marruecos hacia España por Melilla, la ciudad autónoma española en territorio africano, provocó la muerte de 23 migrantes, según las autoridades marroquíes. Las organizaciones de derechos humanos denuncian, sin embargo, que la cifra de muertos asciende a 37.

Unas 500 personas lograron acercarse a la valla que separa de Melilla

El presidente Pedro Sánchez lo calificó el sábado como “un asalto violento y organizado por parte de mafias que trafican con seres humanos a una ciudad que es territorio español”. A días de celebrar en Madrid la cumbre de la OTAN, donde se definirán las nuevas estrategias defensivas para los países que integran la Alianza, Sánchez reconoció que “fue un ataque a la integridad territorial de nuestro país (España) de una manera violenta”.

Algunos videos caseros muestran los cuerpos de quienes quisieron cruzar a España amontonados, algunos inmóviles. El intento de saltar la valla dejó más de 300 heridos, unos 190 entre policías españoles y gendarmes marroquíes que opusieron resistencia a la estampida para frenarla.

 

CRUZAR A CUALQUIER PRECIO

Hay versiones que aseguran que las autoridades de Marruecos estaban advertidas sobre la corrida de las casi dos mil personas que en la madrugada del viernes bajaron desde el monte Gurugú, en la costa norte de Marruecos, dispuestas a cruzar a España a cualquier precio.

Unos 500 migrantes lograron acercarse a la valla que separa de Melilla. De ellos, 133 consiguieron pasar a España rompiendo un alambrado del control fronterizo de Barrio Chino, el más desprotegido. Actualmente se encuentran en el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI).

Muchas de estas personas han sido golpeadas con palos y con porras, mientras estaban detenidas, por la Gendarmería marroquí”, señaló Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos denunció un trato inhumano hacia los inmigrantes que el viernes intentaron saltar la valla.

 

MELILLA, PUERTA DE ENTRADA A ESPAÑA DESDE ÁFRICA

“Esto seguirá ocurriendo si no luchamos eficazmente contra estas mafias que trafican con la desesperación y el deseo legítimo de tantas personas por mejorar su vida”, opinó José Manuel Albares, ministro de Relaciones Exteriores español.

En mayo del año pasado Ceuta, la otra ciudad autónoma española en territorio africano, se vio desbordada por el ingreso de 10 mil marroquíes a los que el gobierno de Rabat no les impidió cruzar la frontera.

Fue la respuesta, que se convirtió en varios días de llegada descontrolada de inmigrantes a suelo español, al “gesto humanitario” que España había tenido en abril de 2021, cuando permitió el ingreso en su territorio, bajo una falsa identidad, del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, enemigo de Marruecos.

El Frente Polisario es un movimiento de liberación nacional saharaui que milita para poner fin a la ocupación marroquí en el Sahara Occidental.

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DESCOLONIZACIÓN

En un cambio de postura sorprendente, España dejó de apoyar la celebración de un referéndum de autodeterminación para que el pueblo saharaui decida sobre su futuro político. Al igual que las islas Malvinas, el Sahara Occidental está considerado por las Naciones Unidas (ONU) un “territorio no autónomo” en el que el proceso de descolonización sigue abierto.

Según el capítulo XI de la Carta de la ONU, se trata de “territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio”. Son poblaciones que no se gobiernan a sí mismas y que permanecen bajo el control de una “potencia administradora”.

Quince años después y ante el asombro de Argelia, enemigo de los marroquíes, sorpresivamente España encuentra viable el plan que Marruecos planteó en 2007 para la autonomía del Sahara: cierta independencia en el ámbito administrativo, fiscal, cultural, medioambiental y de explotación de recursos.

Pero siempre el Estado marroquí tendría la última palabra en materia de soberanía, moneda, religión, seguridad nacional, defensa e integridad territorial.