Actualmente hay propuestas legislativas para reducir la edad límite para solicitar la pensión de alimentos a los 25 años
La responsabilidad parental trasciende las fronteras de la relación amorosa entre padres, extendiéndose al bienestar emocional, educativo y económico de los hijos. En el contexto peruano, la pensión de alimentos es un recurso vital para asegurar el desarrollo integral de los menores, una obligación que persiste incluso más allá de la mayoría de edad.
Según el Código Civil peruano, los progenitores deben proporcionar una suma monetaria destinada a cubrir necesidades básicas como alimentación, vestimenta y vivienda. Aunque el monto puede ser acordado extrajudicialmente, en caso de disputa, el juez determinará el porcentaje basado en las necesidades del beneficiario y la capacidad económica del demandado.
Es importante destacar que, según el artículo 648 del Código Procesal Civil, el porcentaje oscila entre el 20% y el 60% de la remuneración del demandado. Además, si el beneficiario continúa sus estudios universitarios o técnicos con éxito, puede solicitar que la pensión se mantenga hasta los 28 años, siempre y cuando demuestre un rendimiento académico satisfactorio.
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Sin embargo, la solicitud de pensión no garantiza su concesión absoluta, ya que los jueces evaluarán cada caso de manera individual, cesando el beneficio si consideran que no hay una necesidad real por parte del alimentista. Por ejemplo, si el beneficiario cuenta con un título universitario y capacidad para trabajar, el juez puede decidir poner fin a la pensión.
En cuanto a los requisitos para solicitar la pensión, se necesitan documentos como la partida de nacimiento del niño, copia del DNI del demandante, dirección del demandado y comprobantes de gastos del beneficiario.
Es importante mencionar que actualmente hay propuestas legislativas para reducir la edad límite para solicitar la pensión de alimentos a los 25 años, argumentando que a esa edad los jóvenes ya deberían ser capaces de mantenerse por sí mismos. Sin embargo, estas propuestas aún están en proceso de evaluación en el Congreso.
En última instancia, la pensión de alimentos es una herramienta crucial para garantizar el bienestar de los hijos, pero también es fundamental que exista una evaluación justa y equitativa de cada caso, teniendo en cuenta las necesidades reales de los beneficiarios y las capacidades económicas de los progenitores.