Mamacha Candelaria: Fe, danza y mística

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Mamacha Candelaria
Mamacha Candelaria

En febrero se celebra una de las festividades religiosas más importantes del Perú y reconocida como patrimonio cultural por la UNESCO

Llega el mes de febrero y con él una de las celebraciones religiosas más importantes de Perú: la Virgen de la Candelaria, festividad declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el 27 de noviembre de 2014.

La fiesta se celebra en Puno, considerada como Capital Folklórica del Perú y de América, y su máxima expresión es la también conocida como “Mamacha Candelaria”, patrona de la ciudad, asociada al culto de la tierra o “Pachamama” que simboliza la pureza y la fertilidad.

Dos meses antes del día central, se preparan todos los devotos para vivir esta experiencia de fe; el santuario de la Virgen, calles y plazas se llenan de fieles, asi como turistas nacionales y extranjeros.
Son varias las fechas en esta festividad. Por ejemplo, desde la última semana de enero se viven las novenas o ceremonias litúrgicas en el santuario de la Virgen, principalmente el 1 de febrero, día de la víspera, en el que la entrada de cirios y la entrada de “K’apos” (leña que se quema en el atril del santuario) da lugar al inicio de las celebraciones.

Las misas, procesiones y danzas ocupan toda la jornada del día central, el 2 de febrero, siete días después se inicia la octava que finaliza con la Gran Parada, santa misa, concurso de trajes de luces y el famoso Cacharpari para la despedida de la Virgen de la Candelaria.

Después de la octava sigue el homenaje del festival que es el 12 de febrero, en el cual, cientos de grupos muestran su respeto a la Virgen con danzas en una larga procesión a través de la ciudad, acompañada con música típica de los andes.

¿Cómo nace la fiesta?

Las historias más conocidas son dos.
Primer origen: Se cuenta que en tiempos de invasión española, una lucha entre el ejército patriota contra el virreinal, Puno fue sitiada por un contingente de rebeldes liderado por el caudillo aimara Túpac Catari y Pedro Vilcapaza de Azángaro, quien continuaba con la revolución de Túpac Amaru II.

En los primeros meses de 1781, los rebeldes intentaron tomar la ciudad, los pocos pobladores se defendía con coraje, pero su inferioridad numérica no daba contienda ante tan feroz ataque. Entonces, desesperados los pobladores sacaron a la virgen en procesión, y tras implorarle su protección durante toda la noche, observaron cómo los enardecidos sitiadores abandonaron el lugar.

Segunda origen: La Virgen se le apareció a un nativo de la zona que cuidaba el caserío de su patrón, la cual estaba ubicada a riberas de un pequeño río en las faldas del cerro Huajsapata.
Ella tenía la apariencia de una señora elegante con rostro sereno, con un niño en brazos. La virgen le pidió permiso para poder lavar las ropas de su hijo en el río a cambio de cuidar el predio hasta su regreso.

Cuando el nativo regresó con su amo, quién no creía esta historia, encontraron el busto de la Virgen, vestida de blanco, con sus ropas aun mojadas.