La procrastinación

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LA PROCASTINACIÓN
LA PROCASTINACIÓN

La procrastinación se entiende como una evidencia del miedo al fracaso, que motiva a la persona a posponer el momento de realizar las tarea

La procrastinación es un conjunto de conductas que consisten en aplazar las tareas o asuntos pendiente, a pesar de saber que hay que realizarlas y que la tardanza en realizarlas puede tener consecuencias negativas.

Este tipo de comportamiento se relaciona con características como el perfeccionismo, ansiedad, baja autoestima, bajo autocontrol y desconfianza en sí mismo. La procrastinación se entiende como una evidencia del miedo al fracaso, que motiva a la persona a posponer el momento de realizar las tareas por el malestar que le supone la posibilidad de fallar o no llegar a las exigencias establecidas.

CONSEJOS

Conéctate con los objetivos:

La mejor forma para dejar de procrastinar es entender claramente cuál es el objetivo de la tarea pendiente, el valor que posee y los beneficios que trae hacerla, pues cuando tienes este nivel de claridad, el cumplirlas cobra sentido.

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Identifica un patrón y crea estrategias:

Identificar lo que te hace procrastinar es el primer paso para romper con ese hábito. Haz una autoevaluación: observa tu rutina, percibe en qué momentos buscas excusas para procrastinar y también apunta los horarios del día en los cuales eres más productivo. Haz anotaciones y entiende qué tipos de tareas te dan más placer y por qué. Después, analiza y crea estrategias para disminuir los malos hábitos para dar lugar a los buenos.

Medita y controla tus pensamientos:

La meditación es ideal para vencer este mal hábito, ya que la ansiedad está relacionada con el exceso de pensamientos. Cuando los controlamos, vencerás una parte del proceso estresante. Para esto, la técnica de consciencia plena te ayudará a comprender los sentimientos y a enfocar la atención en el presente. Al establecer conexiones con las actividades, el cuerpo deja de funcionar con el piloto automático y realiza tareas con más calidad y más percepción.

Haz una sola cosa a la vez:

Muchas personas creen que realizar varias tareas al mismo tiempo es sinónimo de productividad, pero eso puede ser también un signo de procrastinación. Al hacer muchas cosas al mismo tiempo, postergas la entrega de todas y no terminas ninguna con buena calidad. Por eso, lo mejor es dividir grandes tareas en pequeñas partes y crear metas para cada una de ellas.

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No te castigues por procrastinar:

Peor que perder el plazo de una entrega es culparse por eso. Cuanto más te culpes y te castigues por los errores, mayor será la ansiedad que sentirás en la próxima tarea, a causa de la responsabilidad que le atribuyes a esa acción.

Perdonarse sinceramente y no sentir culpa es fundamental para poder superar los hábitos que impiden nuestro desarrollo personal. Lo que no debes confundir es el perdón con las excusas.

Usa técnicas de gestión del tiempo:

Existen situaciones en las que no sabemos cómo hacer la gestión del tiempo y de las tareas, por lo que terminamos siendo improductivos. Por eso, utilizar técnicas de gestión puede ser importante. La técnica Pomodoro consiste en trabajar en periodos separados de 25 minutos, en los que el profesional necesita enfocarse totalmente en la tarea, sin interferencias externas, como utilizar el celular, conversar con otras personas o ver televisión.

Pasados los 25 minutos, es necesario descansar 5 minutos y repetir ese ciclo 4 veces. Después del ciclo entero se hace una pausa mayor de 30 minutos.

Haz planes contemplando imprevistos:

Un gran problema que los procrastinadores enfrentan son los imprevistos, que ocurren, pero solo causan problemas para los que no se organizan con anticipación. Dejar tareas para última hora es muy arriesgado, pues causa dependencia de factores externos que no los manejas únicamente tú. Es necesario contemplar posibles escenarios para cumplir con las responsabilidades a pesar de los imprevistos. Eso sí, no inventes problemas donde no los hay, pues eso sería contraproducente.

Prioriza lo que tienes que hacer:

Otra forma de cómo dejar de procrastinar es entender la importancia de cada tarea y las responsabilidades que ellas conllevan. Tener ideas claras sobre el proceso de las actividades nos hace disminuir la procrastinación en tareas corrientes. Un mapa mental puede ayudarte a que no pases por alto ninguna tarea.

Puede parecer poca la importancia de enviar un email en el plazo correcto, pero cuando nos detenemos a pensar que es parte de nuestro trabajo y que eso involucra actividades de la vida de otras personas, ese trabajo adquiere más importancia. Somos engranajes de grandes máquinas y al elaborar cada pequeña tarea con calidad, todo el proceso funciona mejor. Recuerda el dicho: cosecha tu siembra.

Divide las iniciativas grandes en tareas más pequeñas:

Muchas veces, cuando un proyecto es muy grande, es difícil observar cuándo será el fin, por lo que surge la tentación de posponerlo. Por lo que, en lugar de sentir estrés por la enormidad de la tarea, lo recomendable es que la trabajes en porciones más pequeñas, esto te ayudará a establecer objetivos alcanzables en un periodo más corto de tiempo.

No seas tan perfeccionista:

Muchas veces, en lugar de ser procrastinador, se es perfeccionista. Por ende, la presión de que las tareas sean perfectas nos abruma y nos lleva a procrastinar. Para evitar esto, te recomendamos:

  • Concéntrate en el impacto positivo que tiene la realización de tus tareas, por ejemplo, para tu empresa, para tu familia o para ti.
  • Define cuándo una actividad la puedes declarar como “lista”, es decir, establece en qué punto tu actividad está completa, independientemente si está perfecto o no.

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