Los ataques se llevaron a cabo como respuesta al ataque contra una base estadounidense en el yacimiento de gas de Kóniko, perpetrado por grupos armados respaldados por el régimen de Irán
Las fuerzas militares estadounidenses llevaron a cabo ataques aéreos hoy en el este de Siria como respuesta a un ataque contra una de sus bases por parte de milicias proiraníes. Según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, esta acción se produce en un contexto de aumento de actividades de estos grupos contra instalaciones de Estados Unidos en Oriente Medio.
La ofensiva estadounidense se dirigió a «áreas y posiciones» de milicias en la provincia oriental siria de Deir al Zur, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La ONG no proporcionó detalles adicionales sobre el ataque ni confirmó si hubo víctimas. Este incidente ocurrió en respuesta al ataque de grupos armados respaldados por el régimen de Irán contra una base estadounidense en el yacimiento de gas de Kóniko, donde están desplegadas las fuerzas de la coalición internacional liderada por Washington en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI). Por lo general, estas acciones son reclamadas por la Resistencia Islámica en Irak, una coalición de milicias que ha perpetrado numerosos ataques contra posiciones de Estados Unidos en territorio iraquí y sirio.
Además, la Resistencia Islámica en Irak se responsabilizó de un ataque con cohetes dirigido a la base de Jarab al Jir, situada en la provincia siria de Al Hasakah, y otro utilizando drones contra la zona conocida como Aldea Verde, ubicada en el interior del campo petrolero de Al Omar. Estas milicias, que han llevado a cabo más de cien ataques contra instalaciones estadounidenses en Siria e Irak desde el inicio de la guerra en Gaza, afirmaron que estas acciones fueron ejecutadas en «resistencia a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Irak y en la región, y como respuesta a las masacres perpetradas por la entidad sionista (Israel) contra el pueblo de Gaza».
Igualmente, declararon su intención de proseguir con «la demolición de las fortificaciones enemigas», en un momento en el cual el grupo ha intensificado sus acciones.
La organización no gubernamental, con sede en el Reino Unido y una extensa red de colaboradores en el terreno, había informado previamente sobre explosiones en el yacimiento de Kóniko después de que las milicias lanzaran tres cohetes, aunque no hay información sobre posibles bajas o daños materiales hasta el momento.
Desde el 19 de octubre pasado, los grupos armados proiraníes han llevado a cabo al menos 91 ataques contra instalaciones con presencia estadounidense en Siria en respuesta al respaldo de Washington a Israel durante la guerra en la Franja de Gaza, según un recuento de la ONG.
Estados Unidos, en respuesta, ha reaccionado en varias ocasiones a estos ataques tanto en Siria como en Irak, lo que llevó al Gobierno iraquí a solicitar la retirada de las fuerzas estadounidenses de su territorio.
Los bombardeos estadounidenses de este domingo en Siria ocurrieron después de que las milicias atacaran dos bases norteamericanas en el país árabe el sábado, en medio de crecientes tensiones en el mar Rojo, donde los rebeldes hutíes del Yemen están en conflicto con Estados Unidos y el Reino Unido.
En otra línea de acontecimientos, el pasado 2 de enero, al menos nueve soldados sirios fallecieron y más de veinte resultaron heridos en un ataque perpetrado por el Estado Islámico contra diversas posiciones en la provincia oriental de Deir al Zur. A pesar de haber sido derrotado territorialmente en Siria en marzo de 2019, el Estado Islámico aún mantiene células activas en distintas zonas del país, concentrándose principalmente en el extenso desierto central de Badia, donde la complicada topografía facilita su supervivencia.
Según datos del Observatorio, en 2023 al menos 693 personas perdieron la vida en operaciones llevadas a cabo por el Estado Islámico en diversas partes de Siria, la mayoría de ellas pertenecientes al Ejército sirio y a las milicias que lo respaldan. La ONG registró un total de 171 ataques llevados a cabo por el Estado Islámico en el vasto desierto central del país, donde se estima que el grupo aún mantiene presencia en un área equivalente a aproximadamente 4,000 kilómetros cuadrados.
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