El alarmante descenso del nivel del agua en el lago Titicaca ha generado serias preocupaciones entre las autoridades locales.
La región de Puno enfrenta una crisis significativa debido al descenso del nivel del Lago Titicaca, que ha llevado a las autoridades a tomar medidas urgentes, como la reubicación de muelles más lejos de la orilla. Josué Lujano Coila, alcalde del centro poblado Uros Chulluni, ha solicitado a las autoridades marítimas de Perú la aprobación para ampliar el puerto flotante del lago, una medida que busca mitigar las dificultades que enfrentan las embarcaciones grandes al navegar por los antiguos canales que ahora están peligrosamente poco profundos.
Según datos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), el lago ha descendido 66 centímetros entre el 14 de abril y el 2 de octubre de 2024. Esta disminución no solo afecta al ecosistema acuático, sino que también representa un reto para las comunidades locales, que dependen del lago para sus actividades económicas. Sixto Flores Sancho, director del Senamhi en Puno, indicó que el nivel del agua ha bajado debido a las altas temperaturas y la falta de lluvias, lo que ha resultado en una reducción del caudal de los ríos que alimentan el lago, como el Ramis, en un 50%.
Este fenómeno ha alterado la navegación, obligando a las embarcaciones que conectan el puerto Muelle con las islas flotantes de Los Uros, Amantaní y Taquile a modificar sus rutas, utilizando un canal alternativo que casi duplica el tiempo de travesía. Esta situación no solo afecta a los residentes locales, sino también al turismo, crucial para la economía de la región.
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Para abordar este problema, Lujano Coila ha propuesto la expansión del puerto flotante mediante una estructura metálica de 20 metros hacia el interior del lago. Se han traído materiales desde la isla Amantaní y solo falta el traslado de la plataforma desde un astillero en Huaje. Además, se ha solicitado la colaboración de los gobiernos regionales y locales para limpiar los canales y asegurar el transporte adecuado.
La problemática del lago Titicaca refleja los desafíos que enfrentan las comunidades del Altiplano en medio de cambios climáticos y una mala gestión del agua. Puno, además de lidiar con la crisis del lago, enfrenta una alta informalidad laboral, con un 90,2% de su fuerza de trabajo afectada, lo que agrava la pobreza en la región, que oscila entre el 39,4% y el 43,3% de la población. Estas condiciones requieren atención inmediata para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y asegurar la sostenibilidad del ecosistema vital que representa el lago.