Cuidado con los melanomas metastásicos

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Melanoma metastásico
Melanoma metastásico

El melanoma metastásico, o melanoma en estadio IV, es un tipo de melanoma que ha evolucionado a un estadio de la enfermedad en el que las células tumorales, en lugar de permanecer localizadas, se han diseminado a otras zonas del cuerpo.

Son pequeños lunares que debes observarlos siempre, pues si crecen debes acudir al médico

El comportamiento biológico del melanoma puede presentar varias fases: una en la que el crecimiento de la tumoración es radial y, por lo tanto, no puede producir metástasis, y otra en la que el crecimiento es vertical. Esta fase implicará que el melanoma aumenta de grosor y que la tumoración invade las capas más profundas de la piel y el tejido bajo esta y tendrá capacidad de producir metástasis linfáticas o sanguíneas.

El desarrollo de metástasis es, por tanto, el resultado de una serie de eventos tales como la existencia de células separadas del tumor primario, la invasión de la membrana basal, la migración hacia el torrente sanguíneo o a la circulación linfática por donde pueden llegar a producir la invasión y crecimiento en otros órganos, como el hígado, el intestino grueso, etcétera.

SÍNTOMAS

Las manifestaciones del melanoma metastásico son similares a las del melanoma. En la mayoría de los casos suelen ser el cambio en el tamaño, la forma, el color y la sensación de un lunar ubicado en el cuerpo.

Sin embargo, los pacientes con este tipo de cáncer además tendrán otros síntomas en función del órgano en el que aparezca la metástasis.

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PREVENCIÓN

En el caso de un paciente que ya ha tenido un melanoma es muy importante que se revise la cicatriz y la zona que rodea a esta en busca de granitos, puntos, nódulos o heridas. También es fundamental tocarse la cuenca ganglionar (la axila, la ingle o el cuello, dependiendo de dónde ha tenido el melanoma) buscando si hay irregularidades.

LunarAdemás, hay que estar atentos a cualquier síntoma como la pérdida de peso sin justificación o la aparición de dolores de cabeza y dolores óseos. El motivo es que el melanoma tiene la capacidad de hacer metástasis en cualquier órgano.

Asimismo, para prevenir la metástasis se emplea el tratamiento adyuvante. Este tratamiento se da a los pacientes con melanoma con riesgo intermedio-alto de metástasis y en estadio III (enfermedad metastásica regional ganglionar).

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TRATAMIENTOS

Por lo general, el melanoma metastásico es incurable. Por este motivo las terapias que los especialistas suelen aplicar son paliativas.

No obstante, en los últimos años se están produciendo muchos adelantos en investigación que están revolucionado las circunstancias de este tipo de cáncer. Los tratamientos actuales son:

Quimioterapia e inmunoterapia

Tal y como señalan desde la SEOM, en la actualidad el tratamiento de la enfermedad diseminada tiene que ir precedido por la determinación de la mutación V600E de BRAF (un gen que codifica las proteínas implicadas en la señalización del receptor de crecimiento epidérmico provocando la división celular y el crecimiento incontrolado) en el tejido tumoral.

Aproximadamente el 50 por ciento de los melanomas cutáneos tienen activadas las mutaciones en BRAF, por lo que el tratamiento se basa en la administración de inhibidores específicos de tirosina-cinasa, como el vemurafenib o el dabrafenib. Estos fármacos son superiores en tasa de respuesta, tiempo de progresión y supervivencia global que la quimioterapia clásica.

Por otro lado, los inhibidores de MEK también tienen una buena respuesta en el tratamiento del melanoma mutado en BRAF. De hecho, las últimas investigaciones han demostrado que la combinación de un inhibidor de BRAF y uno de MEK tiene más eficacia que la aplicación de estos dos fármacos por separado, mejorando la supervivencia, por lo que se ha convertido en el tratamiento de elección en melanoma mutado en BRAF.

Para los melanomas sin mutación BRAF, o para los mutados BRAF que hayan progreso pese a la administración del tratamiento, los especialistas pueden administrar agentes para estimular la actividad antitumoral de los linfocitos T citotóxicos.

Radioterapia

El tratamiento con radioterapia está indicado para el control sintomático de las metástasis óseas dolorosas, la compresión medular o las metástasis cerebrales.

Además, también puede administrarse en el tratamiento local de recidivas tumorales y de metástasis en tránsito.

Cirugía

En algunos pacientes que tienen la enfermedad metastásica localizada, la intervención quirúrgica con el objetivo de extirpar las metástasis puede prolongar la supervivencia del paciente, siempre y cuando sean accesibles, de pequeño a mediano tamaño y con una o pocas localizaciones.