Es en el poderoso nombre de Jesús
El Señor Jesús nos ha dado su nombre. Dijo preciso: “En mi nombre echarán demonios”, esto está en Marcos 16.17.
Bueno –se puede pensar– será a sacerdotes. No, miren, el Hijo de Dios no buscó a ningún religioso, sino se dirigió a la playa y llamó a 12 pescadores, para que sean sus discípulos, eso todos lo sabemos.
EL REQUISITO ES SENCILLO
Para obrar en lo que dice Jesús en los Evangelios –como esto de echar demonios– solamente hay que creer. “Todo es posible para el que cree”, nos dice el Maestro en Jn.9.23.
Pues volvamos al hecho. Acudí en ayuda de una chica que el diablo la poseía por odiar a sus padres. Entonces –como creo en la palabra de Dios–: Con toda seguridad comencé a echar al diablo.
SALGO Y ELLA MUERE
Para abreviar, en la parte final, ese espíritu inmundo habló por la boca de la joven:
–¡Salgo de ella, pero ella muere!
Ese y todos los demonios ya fueron vencidos en la cruz, y sin dudar hay que echarlos
Así que seguro, le respondí:
–¡Jesús te venció en la cruz, sal ahora, inmundo!
SU ÚLTIMO INTENTO
El (demonio) mentiroso (El Señor dice que ese espíritu es mentiroso: Jn.8.44), lanzó su última amenaza:
–¡Soy Satanás, no sabes con quién te metes!
Preciosa la seguridad y certeza que me dio el Señor y Maestro, por eso le respondí:
–¡Me importa la jerarquía que tengas, Jesús te venció en la cruz, y fuera ahora!
La adolescente, como si despertará, reaccionó libre con su voz normal.
–Se fue ese espíritu inmundo en el nombre sobre todo nombre, de Jesús.
Otra cosa admirable, porque lo ha determinado Dios: El Salvador, Jesús, está en su nombre (Jn.1.1 y 14).
Cualquiera que cree lo puede hacer. Y creerás si empiezas a leer los Evangelios pidiendo que el Maestro y Señor te la haga entender su palabra (Lc.24.45). Así es.