Cómo Brasil se volvió un “semillero” de espías rusos

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Cómo Brasil se volvió un
Cómo Brasil se volvió un "semillero" de espías rusos

Víctor Ferreira, José Assis, Daniel Campos. En principio, son nombres absolutamente comunes en Brasil y difícilmente llamarían la atención.

Algunos agentes forman parte de la élite del espionaje ruso

En los últimos meses, sin embargo, se han convertido en parte de una investigación sobre espionaje internacional que involucra a policías y servicios de inteligencia de diferentes países, incluido Brasil.

En el fondo hay una pregunta: ¿cómo es posible que los servicios de inteligencia de Rusia hayan convertido a Brasil en una especie de “semillero” de espías?

Según la policía, la fachada que presenta una falsa identidad brasileña y una vida paralela en Brasil son ideales para que estos agentes circulen por espacios de poder no solo en el país sudamericano sino en todo el mundo, sin despertar la desconfianza de los servicios de inteligencia de Europa o Estados Unidos.

 

¿Espías “hechos en Brasil”?

Al menos tres casos de supuestos espías rusos con identidades brasileñas fueron detectados en los últimos meses. Hasta el momento, todavía no hay pruebas de que hayan espiado a las instituciones o autoridades brasileñas.

El primer presunto espía “brasileño” que apareció fue Sergey Vladimirovich Cherkasov, quien usó la identidad brasileña de Victor Muller Ferreira.

En abril de 2022, fue arrestado en Ámsterdam cuando intentaba ingresar al país y enviado de regreso a Brasil. El hombre había sido aceptado en un programa de prácticas en la Corte Penal Internacional de La Haya.

Este tribunal es responsable de juzgar los crímenes de guerra. Este año, emitió una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por actos cometidos durante la invasión rusa de Ucrania.

Las investigaciones realizadas por holandeses, estadounidenses y brasileños indican que Cherkasov era un agente del GRU, uno de los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas rusas.

Fue condenado a 15 años de prisión en Brasil por usar un documento falso. En el juicio, admitió haberse hecho pasar por brasileño, pero negó ser un espía.

En una audiencia en el Supremo Tribunal Federal (STF), se negó a responder cuando se le preguntó sobre el tema.

Todavía hay una investigación por lavado de dinero contra Cherkasov.

Unos meses después, en noviembre, fue el turno de otro “brasileño”, José de Assis Giammaria, detenido en Tromsø, Noruega.

Las autoridades de ese país aseguran que su nombre real es Mikhail Mikushin, y sería un coronel ruso que se hizo pasar por brasileño y trabajaba como investigador en la Universidad Ártica de Noruega, país que comparte frontera con Rusia.

El tercer caso se conoció en 2023 luego de que una brasileña denunciara la desaparición de su novio, el también “brasileño” Gerhard Daniel Campos.

Las autoridades griegas, sin embargo, alegan que Campos, en realidad, sería un espía ruso cuyo verdadero apellido es Shmyrev y que adoptó una identidad y personalidad brasileña.

 

El programa de infiltrados

Cherkasov, Mikushin y Shmyrev son sospechosos de ser agentes secretos encubiertos como los que Rusia ha usado desde la época de la Unión Soviética.

Estos agentes no sólo cambian de nombre: adoptan una nueva nacionalidad, profesión, personalidad y aficiones, e incluso crean lazos familiares y de amistad a lo largo de años.

Es común que formen parejas durante su entrenamiento. El proceso de trabajar en el extranjero durante décadas de forma encubierta puede ser inmensamente estresante, por lo que tener un compañero que conozca su trabajo a menudo se considera una ventaja.

El trabajo principal de los agentes es recopilar información y llevar a cabo actividades para apoyar a las Fuerzas Armadas rusas. Por lo general, cuando son capturados, el gobierno ruso trabaja para llevarlos de regreso a Rusia a través de algún tipo de trato, generalmente un intercambio de espías.

Eso es lo que le pasó con un grupo de rusos arrestados en EE.UU. en 2010 que fueron canjeados por agentes detenidos en prisiones rusas por espionaje.

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¿Por qué Brasil?

Cuando Cherkasov y Mikushin fueron descubiertos en 2022, una pregunta comenzó a intrigar a los investigadores de Brasil y Estados Unidos: ¿por qué Rusia eligió a Brasil como el “semillero” de algunos de sus espías?

Miembros de la comunidad de inteligencia brasileña, investigadores y personas familiarizadas con el sistema de registro notarial en Brasil señalan tres razones principales:

Fragilidades de los sistemas de control y emisión de documentos en Brasil.

Historial de no participación del país en conflictos internacionales

Población mixta.

En el caso de Cherkasov, su certificado habría sido emitido en abril de 1989 en una oficina de registro de Río de Janeiro. Fue a partir de ese certificado, según las investigaciones, que habría podido obtener una cédula de identidad, licencia nacional de conducir, pasaporte e incluso la tarjeta del Sistema Único de Salud (SUS).

En el caso de Mikushin, su acta de nacimiento fue emitida en una oficina de registro de la ciudad de Padre Bernardo, en el interior de Goiás, municipio de poco más de 35.000 habitantes.

Para el presidente de la Asociación de Registradores de Personas Físicas (Arpen) de Brasil, Gustavo Fiscarelli, habría sido relativamente fácil para los supuestos espías rusos obtener documentos en el sistema de documentación brasileño.