Rubén había contratado los servicios de taxi de Raúl en Apurímac para que lo llevara hasta Huanta, en Ayacucho, donde, según la hipótesis policial, tenían un acuerdo para llevar a cabo actividades de tráfico ilícito de drogas. Sin embargo, la intención de Rubén habría sido robar el vehículo que conducía el joven apurimeño.
Gracias a la recopilación de videos de seguridad obtenidos por la PNP, se pudo observar que Raúl y Rubén llegaron a Huanta y estuvieron juntos en ese lugar durante varios días. Luego, se les vio subiendo a un vehículo rojo en el que, aparentemente, los trasladaron al lugar donde se llevaría a cabo el homicidio.
Enríquez Bautista, quien ya enfrentaba investigaciones por hurto de vehículos y el asesinato de otro taxista en Cusco, confesó ser el responsable de la muerte de Raúl. Proporcionó detalles sobre cómo ocurrieron los hechos y dónde había abandonado el cuerpo del joven músico después de golpearlo en la cabeza con un objeto contundente, en este caso, el mango de un pico.
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Además, Rubén Enríquez señaló la presencia de un co-autor en el crimen. De acuerdo con su testimonio, culparon a Raúl de haberse “apoderado” de los más de 40 kilogramos de drogas, lo que llevó a la decisión de darle la orden de asesinarlo. La identidad de esta tercera persona se mantiene en secreto, y el resto de la información la investigan las autoridades policiales.
La pareja de Raúl, Aydee Chiclla Prudencio, fue quien presentó la denuncia por su desaparición. Según relató, perdió contacto con el taxista aproximadamente una semana después de que dejara Apurímac. Ella logró obtener la identidad del hombre que había solicitado los servicios de traslado del joven músico, y proporcionó esta información a la Policía.
Rubén Enríquez estaba obligado a presentarse mensualmente en las dependencias del Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE) como parte de su situación de semilibertad derivada de un proceso legal previo. Fue en Huanta donde lo detuvieron nuevamente, y después de una serie de preguntas, confesó el asesinato del taxista.
La familia de la víctima reveló que buscaron a Raúl durante más de 40 días y que, durante ese tiempo, recibieron una serie de mensajes a través de su cuenta de WhatsApp solicitando pagos a cambio de no causarle daño.
La Policía continúa investigando más detalles de este caso y está en busca del vehículo que conducía la víctima. El autor confeso se encuentra bajo detención preliminar, junto con una mujer que aparentemente habría brindado servicios de intermediación para recibir pagos que la familia de Raúl depositó.