Policía no descarta que este asesinato se trate un ajuste de cuentas por el móvil y la forma cómo es que el ciudadano chileno fue captado por sus victimarios
En un domingo de descanso y familiares, un hombre chileno de 28 años que se ganaba la vida como mototaxista en el distrito de San Juan de Miraflores fue citado repentinamente en la intersección de la avenida Billinghurst, cerca del colegio Maristas. Sin prever lo que le esperaba, abandonó su zona de confort para encontrarse con un destino trágico.
A pesar de que esta área suele estar llena de gente debido a su proximidad a una parada de mototaxis, la víctima, identificada como Andrés Burgos, abordó un mototaxi y se dirigió al lugar de la cita. Allí, lo esperaban sus agresores, quienes de manera misteriosa sacaron un arma de fuego y le dispararon a quemarropa en la cabeza y el cuerpo en varias ocasiones.
Según la información de la Policía Nacional del Perú (PNP), el joven era de nacionalidad chilena y estaba en el distrito hace varios meses, dedicándose desde entonces a trabajar como conductor de mototaxi.
Detalles del crimen
Según informes de personas que se encontraban en el área, se supo que Andrés Burgos arribó en solitario en una motocicleta prestada, y luego, unos minutos más tarde, llegaron otras dos motos, cada una con dos individuos a bordo. En conjunto, se identificaron cuatro personas vinculadas a este acto delictivo.
Sin emitir advertencia alguna, descendieron de la motocicleta y dispararon en su dirección un total de 11 veces, impactando de manera crítica en sus órganos vitales, resultando en su muerte instantánea. Después de este violento suceso, miembros de la Dirincri de Pamplona Alta acudieron al lugar para iniciar las correspondientes pesquisas.
Según lo que declararon los investigadores, existe la posibilidad de que este incidente sea un ajuste de cuentas, ya que allegados a la víctima mencionaron que lo amenazaban para que pague ciertas extorsiones y pueda continuar con sus actividades sin inconvenientes. El chileno había estado laborando en el distrito durante seis meses, según lo que se ha informado.
Familiares en silencio
Los familiares llegaron al lugar y expresaron su pesar de manera emotiva debido a la trágica pérdida de su pariente. No obstante, evitaron el contacto con los medios de comunicación en todo momento y prefirieron proporcionar información exclusivamente a las autoridades policiales.
El caso está bajo la supervisión de la policía de criminalística, quienes llevarán a cabo la investigación. En las cercanías del lugar, se encuentran varios puestos de comida rápida, por lo que los testimonios de las personas que estaban allí serán cruciales para identificar a los sicarios mediante el reconocimiento facial.
Vecinos quieren resguardo
Los habitantes de esta zona en San Juan de Miraflores están profundamente conmovidos por este asesinato y afirmaron que no es la primera vez que ocurren crímenes de este tipo. Aseguran que desde que los vendedores ambulantes, en su mayoría extranjeros, se instalaron para vender comida en la esquina del colegio Maristas, la zona se ha vuelto un lugar sin ley. Muchos de estos vendedores llegan en motocicletas, generan ruido, consumen alcohol y, en última instancia, las reuniones culminan en enfrentamientos. Por lo tanto, están solicitando que la municipalidad intervenga para restaurar el orden.
Además, han pedido la presencia policial durante las horas nocturnas, ya que es cuando estas personas se congregan para comer, pero el lugar se convierte en un escenario de fiesta debido al ruido y la algarabía que generan al llegar en sus vehículos de menor tamaño.
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