Alianza bajo la mesa

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Alberto Fujimori y Alan García
Alberto Fujimori y Alan García

Desde 1990 cuando Alan García dejaba el poder y Alberto Fujimori lo sucedía, el Apra y el fujimorismo han jugado en pared. Un pacto oculto que se ha prolongado hasta hoy con el objetivo, según especialistas, de protegerse mutuamente

Luego de dejar al país sumido en la crisis económica más grande de su historia, durante su primer gobierno (1985-1990), el ex-presidente Alan García, con el objetivo de no ser investigado por el gobierno entrante, tuvo un candidato al que apoyó abiertamente y por el que apostó todas su fichas: el desconocido Alberto Fujimori Fujimori, quien compitió con el escritor y Premio Nobel, Mario Vargas Llosa.

En los inicios de 1990, el ingeniero Alberto Fujimori no pasaba de ser uno de aquellos candidatos típicos con escasa probabilidad de ganar. Sin embargo, un par de meses después, tuvo una sorpresiva e inesperada alza en las encuestas. El líder aprista encontró en Fujimori una verdadera oportunidad para lograr su cometido: La impunidad.

“De acuerdo a la encuesta nacional de Pulso Perú, el gobierno de Alberto Fujimori fue considerado como el más corrupto y Alan García es considerado como la persona más  corrupta del país”

El desconocido catedrático Alberto Fujimori y Alan García tenían una antigua amistad, que trataban de disimular. El primero fue conductor de un programa político llamado ‘Concertando’, que se emitía por el canal del Estado y según el exsenador, Máximo San Román, Alan García lo llamaba por teléfono antes de cada programa.

El gobierno aprista se abocó a la tarea de apoyar y asesorar a Fujimori y también utilizó al Servicio de Inteligencia para apoyarlo y atacar a Vargas Llosa, quien tenía un discurso contra el nefasto régimen aprista. Asimismo, puso a su disposición un periódico millonario que misteriosamente desapareció apenas Fujimori ganó las elecciones de 1990.

Primer pacto aprofujimorista

El líder de Cambio 90, Alberto Fujimori, hizo una alianza de conveniencia con el APRA. Mientras en público acusaban la corrupción del gobierno de Alan García, en las votaciones del Congreso para temas importantes había acuerdos y votos en conjunto. Ambas bancadas tenían una mayoría relativa en el entonces Congreso bicameral: 82 diputados y 30 senadores.

Sin embargo, a mediados de 1991, Cambio 90 traicionó el pacto y votó a favor de acusar constitucionalmente a Alan García por enriquecimiento ilícito. Le retiraron la inmunidad parlamentaria. En consecuencia, Alan García y el APRA, tras este enfrentamiento, se unieron a la oposición y criticaron severamente a Fujimori y sus medidas. El acuerdo se rompió.

La fuga de Alan

La noche del 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori no había terminado de dar el mensaje del autogolpe en cadena nacional, cuando un grupo de escoltas le dijo al ex presidente aprista que su casa estaba rodeada por el Ejército. “¡Que salga Alan García con las manos en la nuca!”, gritó un soldado por altavoz.

Fujimori había demandado su captura “vivo o muerto”, y los militares empezaron a disparar contra su vivienda de Chacarilla, donde se encontraban su esposa Pilar Nores y sus hijos. “¡Que salga Alan García, carajo!”, volvieron a demandar. La historia cuenta que García Pérez fugo por los techos de su casa e ingresó a la residencia del embajador de Colombia en el Perú para pedir asilo político, el cual le fue concedido el día 1 de junio por el Gobierno del presidente César Gaviria. El expresidente abandonó el Perú mediante un salvoconducto que le permitió abordar un avión de la Fuerza Aérea Colombiana que lo trasladó, junto al entonces diputado Jorge Del Castillo, con destino a Bogotá.

El expresidente estuvo fuera del país, por casi ocho años, transitando entre Colombia y Francia, alegando que era un perseguido político del gobierno de Fujimori. Nunca fue extraditado.

La fuga del ‘Chino’

En el año 2000 y tras diez años en el poder, Fujimori huyó a Japón para vivir un exilio dorado de cinco años que concluyó con su viaje a Chile y su posterior detención.

Acosado por los escándalos de corrupción, en octubre de 2000, Fujimori aprovechó su asistencia en Brunei al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) para huir a Japón, donde días después anunció su dimisión por fax. Durante su estancia en el país asiático, el Gobierno peruano intentó, sin éxito, en varias ocasiones su extradición.

El panorama cambiaría cuando en noviembre de 2005 Fujimori viajó a Chile con el anunciado propósito de trasladarse a Perú y presentarse a las elecciones presidenciales. Pero, al llegar a Santiago de Chile fue detenido a petición de las autoridades peruanas, que presentaron la solicitud de extradición del exgobernante. El proceso no fue rápido, demoró 22 meses.

Segundo pacto

El retraso en la extradición de Fujimori al Perú no fue ajeno con el segundo gobierno de Alan García (2006-2011). Desde el inicio de su mandato había arreglado las cosas para que el expresidente no fuera extraditado. Para este propósito, los jueces peruanos (acusadores de Fujimori), prepararon un expediente de extradición pero no las pruebas necesarias para ejecutarlo.

A Fujimori se le acusó de corrupto y criminal, sin embargo no se presentó ninguna prueba concreta para culparlo. Sus aliados se encontraban en Palacio de Gobierno, el gobierno de turno y todos los partidos de la derecha peruana que durante el fujimorismo fueron filmados cuando recibían dinero de manos del ex asesor Vladimiro Montesinos.

Similitudes: Alan y Fujimori

Los expresidentes podrían ser una gran dupla ya que comparten los mismos gustos: poder, fraude, y dinero. En sus respectivos gobiernos, ambos manipularon y compraron jueces sin ningún escrúpulo, cometieron delitos de lesa humanidad entre ellos La Cantuta, Barrios Altos, el penal del Frontón, el Baguazo.

Asimismo, la corrupción y el enriquecimiento ilícito fue clave en sus gobiernos: utilizaron cuentas bancarias en el extranjero para ocultar lo robado. A eso se suman los llamados ‘Vladivideos’, la compra de congresistas, las multimillonarias comisiones depositadas en cuentas en el extranjero, el tren eléctrico, los petroaudios y, naturalmente, los narcoindultos.

Los más corruptos del Perú

De acuerdo a la encuesta nacional de Pulso Perú, el gobierno de Alberto Fujimori fue considerado como el más corrupto y Alan García es considerado como la persona más corrupta del país.

Un 29% de los encuestados consideró el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) como el más corrupto y el de Alan García en con su segunda administración (2006-2011) con 17%. Al ser consultados por la persona más corrupta del Perú los ciudadanos consideraron al líder aprista con un 28%.

Se blindan entre sí

Tras los últimos acontecimientos en la coyuntura política se presume que, al igual que en los 90, el fujimorismo y el APRA tendrían una alianza para cubrirse las espaldas y blindar a los líderes de ambos partidos, es decir, al expresidente Alan García y a Keiko Fujimori quienes tienen procesos pendientes con la justicia peruana.

Una de las investigaciones más fuertes que pesa sobre ambos líderes políticos es la investigación de los presuntos sobornos y aportes de la empresa brasilera Odebrecht en nuestro país.

Para el exdirigente aprista Luis Alberto Salgado, existe una alianza estrategia entre ambas fuerzas política para encubrirse.

“Es indudable que hay un nivel de coordinación y alianza estratégica encubierta o a veces desembozada entre el alanismo y el fujimorismo en cualquiera de sus expresiones. Es un pacto no escrito que busca un ‘yo me callo para que tú te calles. Me hago de la vista gorda, por otro lado, con el compromiso que tú hagas lo mismo respecto a mí’”, refirió.

Asimismo, Salgado indicó que “puede haber situaciones de aparentes discrepancias eventuales, pero la cuestión de fondo es que sí hay un pacto confluyente entre los intereses procesales, jurídicos, legales del señor Alan García con la señora Keiko Fujimori. Esto debe entenderse muy claro”, explicó.

Sabotajes

La alianza bajo la mesa ha continuado hasta hoy. La bancada aprista y fujimorista unen sus poderes en el Congreso para legislar a su conveniencia. Como se recuerda, el apro-fujimorismo quiso boicotear el referéndum impulsado por el presidente Vizcarra, a realizarse el 9 de diciembre. Intentaron, sin éxito, modificar la consulta popular sobre la prohibición de reelección de congresistas y la bicameralidad. Asimismo, se unieron para blindar al fiscal de la Nación, Pedro Chávarry y al congresista de Fuerza Popular, Héctor Becerril. El primero acusado de integrar la organización criminal ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’ y el segundo acusado por tráfico de influencias.

A ello se le suma la ley que prohibía la publicidad estatal en medio de comunicación privados, limitándose el derecho a la información de los peruanos. Esta norma, ya sin efecto, fue impulsa por el APRA y respaldada por la bancada naranja.

Otra de las controversiales leyes que defendieron es la recién aprobada ‘Ley Fujimori’ que permitiría a los adultos mayores de 65 años cumplir su condena en su domicilio. Dicha norma trajo muchos cuestionamientos pues beneficiaria directamente al expresidente Alberto Fujimori.

Cabe recordar que tras la anulación del indulto a Alberto Fujimori, Alan García aseveró que el expresidente “ya adquirió un derecho” tras haber sido indultado por Pedro Pablo Kuczynski (PPK).

Por su parte, el expremier, Pedro Cateriano aseguró que “los apristas utilizan los votos del fujimorismo, y el APRA le da la voz que carece el fujimorismo. Es una alianza estratégica, que para efectos prácticos cumplen con campañas de demolición” sostuvo en referencia a la relación que guardan ambos grupos políticos.