Las instituciones afectadas, tanto públicas como privadas, cesarán sus actividades de manera gradual durante el año, generando preocupación entre los estudiantes que buscan continuar su formación superior.
En un esfuerzo por garantizar la calidad educativa en el país, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) ha decidido no otorgar el licenciamiento a seis universidades en Perú, lo que resultará en el cierre de estas instituciones antes de que termine 2024. Este drástico movimiento forma parte de las medidas implementadas por el ente regulador para mejorar los estándares de educación superior, y afecta tanto a universidades públicas como privadas.
Las universidades que no lograron cumplir con las Condiciones Básicas de Calidad (CBC) establecidas por Sunedu son: Universidad San Andrés, Universidad Privada Telesup, Universidad Particular de Chiclayo, Universidad Latinoamericana CIMA, Universidad José Carlos Mariátegui, y Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez. Cada una de estas instituciones tiene un plazo límite para cesar sus operaciones, con fechas que varían entre agosto y diciembre de 2024.
El proceso de cierre será gradual, con el objetivo de minimizar el impacto en los estudiantes que actualmente están matriculados en estas universidades. Sin embargo, la incertidumbre generada ha levantado preocupación entre los jóvenes que aspiraban a completar sus estudios en estos centros de educación superior.
Este cierre masivo de universidades es una consecuencia directa de la labor de Sunedu desde su creación en 2015. La institución fue establecida con el propósito de elevar la calidad de la educación universitaria en Perú, supervisando que las universidades cumplan con los requisitos esenciales para funcionar adecuadamente. El licenciamiento otorgado por Sunedu se ha convertido en un sello de calidad, y aquellas instituciones que no lo obtienen deben dejar de operar.
Sunedu ha reiterado que estas acciones son necesarias para asegurar que los estudiantes peruanos reciban una educación que cumpla con los estándares internacionales y que les permita competir en el exigente mercado laboral actual. La entidad se mantiene firme en su misión de supervisar y p
romover mejoras continuas en el sistema de educación superior del país.
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Con el cierre de estas seis universidades, se abre un nuevo desafío para el sistema educativo peruano, que deberá encontrar soluciones para los miles de estudiantes afectados.
