“La Gaba” ya se encuentra al lado de su adorado escritor

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Gabriel Garcia Márquez y Mercedes Barcha Pardo
Gabriel Garcia Márquez y Mercedes Barcha Pardo

Mercedes Barcha Pardo “La Gaba”, viuda del escritor colombiano Gabriel Garcia Márquez, murió el último sábado a los 87 años de edad. Gabriel Torres García, sobrino de García Márquez, confirmó el fallecimiento, ocurrido en Ciudad de México, a El Universal de Cartagena.

Autoridades de México resaltan la importante labor de Mercedes Barcha cuando, su esposo, Gabriel García Marque escribió “Cien años de soledad”.

La secretaria de Cultura de México, Alejandra Fausto, lamentó la muerte de Barcha. “Con mucha tristeza me entero de la muerte de Mercedes Barcha, mujer tenaz y generosa. Cómplice indiscutible de Gabo, madre de Rodrigo y Gonzalo. Nuestro más sentido pésame, vuelan mariposas amarillas“, escribió en Twitter este sábado.

Barcha nació en noviembre de 1932 -y creció- en Magangué, en el norte de Colombia, en una familia de ascendencia egipcia. Era la mayor de seis hermanos y su padre, Demetrio Barcha, tenía una farmacia.

Gabo y ella se conocieron en 1941, cuando ella tenía 9 años y él, 13, en Sucre, un pueblo del Caribe colombiano al que sus familias iban de vacaciones. Se casaron en marzo de 1958 en Barranquilla y tuvieron dos hijos, Rodrigo y Gonzalo.

La pareja se mantuvo casada durante 56 años, hasta la muerte de García Márquez, en 2014 en México.

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Incondicional y silenciosa, ella se mantuvo siempre al lado del escritor, viviendo con él todas las aventuras del oficio literario“, dijo la Fundación Gabo en un comunicado difundido este sábado, ante la noticia de su muerte.

Muchos seguidores del autor recordarán a Barcha por el rol clave que jugó en el periodo que García Márquez, premio Nobel de Literatura en 1982, se dedicó a escribir “Cien años de soledad”.

La “Gaba”, como llamaban cariñosamente algunos a Barcha, se encargó de trabajar para mantener el hogar y resolver todos los problemas económicos del día a día durante los 18 meses que le tomó a Gabo terminar la obra.

Según contaba Gabo, en septiembre de 1966, al terminar la novela, él y Barcha fueron a la oficina de correos más cercana de su casa en Ciudad de México para enviar a la editorial Sudamericana, en Buenos Aires, el voluminoso manuscrito de casi 500 páginas.

Al pesar el manuscrito en el correo, la pareja descubrió que sólo tenían dinero suficiente para enviar la mitad. Recontaron los billetes y las monedas, volvieron a pesar las hojas. Pagaron. Y sólo se fue la mitad.

Al regresar a su casa, empeñaron los únicos electrodomésticos que les quedaban -el secador, el calentador y la batidora- y volvieron para enviar el resto.

Al salir de nuevo -según recordaría múltiples veces Gabo- Barcha descargaría en una frase todo el peso que llevaba 18 meses acumulándose en su corazón: “Lo único que falta ahora es que la novela sea mala”.

Aunque es posible que García Márquez haya fabulado la anécdota para hacerla más atractiva, afortunadamente, la novela fue un éxito inmediato en cuanto fue publicada en 1967.

LO MÁS IMPORTANTES DE SU VIDA

El escritor reconoció en varias entrevistas la relevancia de su esposa no solo para escribir “Cien años de soledad”, sino en toda su vida literaria.

Mi signo es Piscis y mi mujer, mi esposa, es Mercedes. Estas son las dos cosas más importantes que han sucedido en mi vida, porque gracias a ellas, por lo menos hasta el momento, he conseguido sobrevivir escribiendo“, dijo García Márquez a la revista argentina Crisis, en 1973, según el comunicado de la Fundación Gabo.

[Mercedes] hubo de hacerse cargo de todas las cuestiones domésticas y de mantener en pie la casa mientras yo luchaba en el frente. Ella realizó toda clase de proezas maravillosas. Diariamente, de uno u otro modo me procuraba los cigarrillos, las cuartillas, todo cuanto necesitaba para escribir“, dijo más adelante en una entrevista con Playboy, en 1982.

Barcha “jugó el papel de la Beatriz de Dante, solo que Gabo logró casarse con su Beatriz y vivir más de 50 años a su lado”, dijo Gerald Martin, autor de la biografía Gabriel García Márquez: una vida, al diario colombiano El Tiempo.

“Él ya era un genio cuando se casaron, pero sin Mercedes no habría logrado hacer todo lo que después consiguió en la literatura y en la vida”, dijo también Martin.

Jaime Abello Banfi, director general de la Fundación Gabo, dijo este sábado que “Mercedes Barcha descansa en paz después de una vida plena”.

“Su personalidad era única, una mezcla singular de inteligencia absoluta, fortaleza de carácter, pragmatismo, curiosidad, sentido del humor y hermetismo”, agregó.

“Hoy la despedimos, agradeciéndole su cariño, apoyo y paciencia en los más de 25 años que ha tomado el desarrollo de la Fundación Gabo. Querida Mercedes, que fuiste polo a tierra, jamás te olvidaremos. Tu recuerdo nos inspirará”, dijo también Abello Banfi.

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