Hallaron los cuerpos mutilados de tres amigas y asesino sigue desaparecido

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Hallaron los cuerpos mutilados de tres amigas y asesino sigue desaparecido
Hallaron los cuerpos mutilados de tres amigas y asesino sigue desaparecido

La fatídica tarde del 13 de noviembre de 1992 se perdió el rastro de Desirée Hernández, Miriam García y Toñi Gómez cuando hacían autoestop para dirigirse a la localidad de Picassent.

Salieron rumbo a una discoteca, pero nunca regresaron en un caso que estremeció todo España

El destino de las niñas de Alcàsser era la discoteca Coolor, pero nunca llegaron a la fiesta de instituto de aquel viernes que pasó a la historia como el comienzo del caso que conmocionó a toda España.

Veintinueve años después, el Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira mantiene abierta una pieza del caso Alcàsser. Antonio Anglés, considerado el autor material del rapto, violación y asesinato de las niñas de Alcàsser continúa oficialmente en paradero desconocido.

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La responsabilidad penal de uno de los prófugos más buscados del mundo no se extingue hasta el año 2029. Casi tres décadas después, la Policía Nacional en colaboración con la Europol ha reactivado la búsqueda de Antonio Anglés con la autorización de la juez Elisa Fort, la magistrada que recibió el traslado de la causa por el caso Alcàsser.

Los expertos han realizado una suerte de retrato robot del fugado, que en el caso de estar vivo tendría ahora 55 años.

En paralelo, los investigadores están analizando nuevas pruebas, como el medio centenar de pelos hallados en la escena del triple crimen y han registrado de nuevo los coches de Antonio Anglés y de Miguel Ricart, único condenado por el caso Alcàsser y en libertad desde el año 2014 tras cumplir parte de la pena y beneficiarse por la derogación de la doctrina Parot.

La sentencia por la que Ricart fue condenado a 170 años de cárcel da por probado que sobre las ocho de la tarde del 13 de noviembre de 1992 que Miriam, Toñi y Desirée se subieron voluntariamente a su Opel Corsa.

Allí viajaba también Anglés en el asiento del copiloto. Las niñas de Alcàsser nunca llegaron a la discoteca Coolor. Casi tres décadas después, el Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil ha llevado a cabo una inspeccionado de nuevo el auto con nuevas técnicas para hallar indicios forenses que constaten que las niñas de Alcàsser estuvieron en aquel Opel Corsa.

 

NINGÚN RASTRO

En el año 1993, tras el hallazgo de los cadáveres de las niñas, no se encontró rastro alguno de Miriam, Toñi y Desirée en el vehículo donde según el fallo judicial fueron raptadas. Ni de sangre ni un solo pelo.

Las últimas periciales ordenadas por la magistrada tratan de afianzar la acusación sobre Antonio Anglés con evidencias genéticas y si un tercer individuo participó junto al fugado y a Miguel Ricart.

La Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, que ejerce una de las dos acusaciones populares personadas en el caso Alcàsser, pidió la inspección de los autos con el argumento de que no existen hasta la fecha evidencias forenses que sitúen a las tres niñas en el Opel Corsa de Ricart.

La juez admitió la diligencia, que busca hallar «indicios genéticos» de Miriam, Toñi y Desirée en el coche en el que, según la sentencia, fueron raptadas y llevadas a una caseta de monte.

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EL HORRENDO CRIMEN

Míriam García, Desireé Hernández, ambas de 14 años, y Toñi Gómez, de 15, desaparecieron el 13 de noviembre de 1992. Habían marchado desde Alcàsser, localidad valenciana en la que residían, a una discoteca de la vecina población de Picassent, en la que se iba a celebrar una fiesta de su colegio.

Al principio se pensó que hubieran decidido escapar. El tiempo comenzó a transcurrir sin que hubiera noticia alguna, pese a la intensa búsqueda que se desarrolló con la colaboración de los medios de comunicación.

Dos meses y medio después sus cuerpos fueron descubiertos por un par de apicultores. Estaban enterrados en una fosa excavada en un paraje del municipio de Tous. Asomaba un brazo con un reloj un tanto voluminoso, por lo que inicialmente pensaron que se trataba de un hombre.

Al excavar se descubrieron otros dos cadáveres, todos en avanzado estado de descomposición. Estaban envueltos en una gran alfombra en el interior de una fosa de grandes dimensiones cavada ex profeso. Maniatados y apilados uno encima de otro. Dos tenían la cabeza separada del tronco.

Eran las chicas desaparecidas. Tras el reconocimiento forense, quedó confirmado que habían sido violadas, torturadas y asesinadas sin piedad.

Un volante de la Seguridad Social hecho trizas, hallado junto a los occisos, condujo a la Guardia Civil hasta la casa de la familia Anglés, en el pueblo de Catarroja. El documento pertenecía a uno de los hijos, Enrique. Mientras, su hermano Antonio, que había utilizado la identidad de aquél para acudir a la Seguridad Social, aprovechó para huir.

Fue detenido Miguel Ricart, el Rubio. Acusó a su compañero Antonio de ser el supuesto instigador y protagonista más activo del cruel asalto. Enrique, ajeno al entramado, era puesto en libertad.

Su búsqueda –denominada Operación Deseada, en recuerdo de una de las víctimas– se ha desarrollado en varios continentes. Todas las pistas han sido rastreadas e investigadas sin éxito alguno.

No existe prueba alguna de que llegó a Irlanda, como se afirmó en un principio, ni tampoco de su presencia en otros países de América donde se asegura haberlo visto. Su nombre figura en el código rojo de Interpol como uno de los asesinos a capturar de modo prioritario.

 

HALLAN LOS CUERPOS

El 28 de enero 1993, cuando habían transcurrido 75 días de la primera desaparición «televisada» de España, unos apicultores hallaron los cadáveres de las niñas de Alcàsser en la partida montañosa de La Romana, en el municipio de Tous.

Las nuevas pesquisas centradas en aquel coche donde se truncó el destino de Miriam, Toñi y Desirée buscan arrojar algo de luz para determinar qué paso realmente aquella tarde del 13 de noviembre de 1992 con las niñas de Alcàsser.