El Perú no es el único país que ha tomado esta medida ante el excesivo costo de la comida que se vende en los cines, por lo que otros países también penalizan las empresas que prohíben el ingreso de alimentos a sus salas. Uno de ellos es Bolivia.
“Las personas pueden ingresar a las salas de cine llevando golosinas, pop corn, gaseosas, chocolates, que hayan sido adquiridas en cualquier lugar”, explicó el año pasado Guillermo Mendoza, viceministro de Defensa del Consumidor del Gobierno de Evo Morales.
En Argentina, si bien existe la norma que castiga las restricciones a los consumidores, aún muchas cadenas de cine prohíben ingresar con alimentos comprados fuera de sus establecimientos. En España, a excepción de Barcelona, los cines tampoco te pueden exigir a consumir sus alimentos.
Chile y Brasil también garantizan la libertad de los usuarios de llevar sus propios snacks, pero muchas cadenas hacen caso omiso a la norma. Estas empresas, al igual que en el Perú, esgrimen el argumento que son “lugares privados”, como si fueran entidades independientes de cualquier supervisión estatal.
