Un numeroso grupo de cardenales acudió el domingo a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma para rendir homenaje al difunto papa Francisco, fallecido el 21 de abril, y rezar ante su tumba, donde fue enterrado.
Desde las 07:00 hora local (05:00 GMT), la basílica abrió sus puertas al público, permitiendo el ingreso de las primeras personas que formaban fila desde una hora antes. A lo largo del día, al menos 30.000 personas visitaron el sepulcro del pontífice argentino, según informó el prefecto de Roma, Lamberto Giannini. Largas filas de espera reflejaron la devoción popular hacia Francisco, destacando el vínculo emocional de los fieles con el difunto pontífice.
El sepulcro, ubicado en una zona lateral de la capilla que custodia a la Virgen Salus Populi Romani, consiste en una lápida sencilla de mármol de Liguria, región italiana de donde eran originarios sus abuelos maternos. La tumba lleva solamente la inscripción “FRANCISCUS” en latín, cumpliendo así el deseo expresado por el pontífice en su testamento.
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A partir de las 16:00 horas (14:00 GMT), los cardenales, tras pasar individualmente ante la tumba, iniciaron la celebración de las segundas vísperas en el interior del templo, presididas por monseñor, Rolandas Makrickas.