Se deben cumplir con ciertos requisitos para lograrlo.
Conforme a la 14ta Enmienda de la Constitución, cualquier nacido en suelo americano o territorios no incorporados obtienen la nacionalidad. Las zonas bajo la jurisdicción estadounidense son Puerto Rico, Samoa Americana, Guam, Islas Marianas del Norte y Islas Vírgenes de los Estados Unidos. Esta medida se puede aplicar automáticamente, sin importar la nacionalidad de los progenitores. La naturalización o la transmisión de nacionalidad por parte de los padres es otro método que se puede utilizar.
Las técnicas más frecuentes obtener dicho beneficio es cuando al menos uno de los padres es ciudadano norteamericano de nacimiento y cumpla con las restricciones de residencia en EE.UU.
Las personas menores de 18 años pueden acceder a la nacionalización de Estados Unidos si alguno de los padres es ciudadano. Los jóvenes poseerán la residencia legal permanente, Green Card, y estar bajo la custodia del padre del residente.
Los niños que son adoptados en el exterior por parte de ciudadanos estadounidenses también pueden adquirir la nacionalidad si es que el proceso adoptivo es de manera legal y que los involucrados cumplan con las restricciones de residencia necesaria.
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Ser nacionalizado estadounidense le otorga derechos, privilegios y beneficios económicos a la persona en cuestión. Un caso histórico y detalloso es el del físico Albert Einstein, nacionalizado en el año 1940 luego de escaparse de la dictadura de los nazis.
Poseer estos derechos no obliga al individuo a participar en la política, pagar impuestos, ajustarse a las leyes ni votar, aunque pueden ser participes de ellas si así lo desean.
El encargado de realizar este proceso es el Servicio de Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS). Para solicitar la nacionalización es necesario residir legalmente en un período de 5 años, no contar con antecedentes penales, mostrar conducta ejemplar, jurar lealtad ante la Constitución y aprobar el examen de inglés como el de educación cívica.