Robos expusieron fallas de seguridad en el Ministerio de Cultura del Perú

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Ladrones sustrajeron equipos valiosos en varias oficinas del Ministerio entre abril y noviembre.

Entre abril y noviembre de 2024, el Ministerio de Cultura del Perú sufrió varios robos que evidenciaron fallos en su seguridad. Según un informe de Panorama, al menos cinco oficinas fueron objeto de saqueos repetidos, durante los cuales se sustrajeron equipos de alto valor como cámaras fotográficas, filmadoras, lentes, cargadores y hasta un disco duro.

El primer incidente ocurrió entre el 12 y el 15 de abril, cuando los delincuentes accedieron a la oficina de Imagen Institucional, ubicada en el tercer piso, y robaron equipos almacenados en muebles cerrados con llave. Este robo marcó el inicio de varios más, que se repitieron a lo largo de los siguientes meses. En octubre, los ladrones ingresaron nuevamente a diversas oficinas, incluyendo la Dirección de Elencos Nacionales y el Proyecto Qhapaq Ñan, donde se llevaron equipos electrónicos importantes.

La situación llegó a su punto culminante en noviembre, cuando la oficina del Proyecto Qhapaq Ñan fue nuevamente vulnerada. En total, los ladrones lograron llevarse varios equipos valiosos, a pesar de las medidas de seguridad implementadas en el edificio, como cámaras de vigilancia y personal de seguridad. Esto ha generado sospechas sobre la posible complicidad interna dentro del Ministerio, ya que las instalaciones, de acceso restringido, fueron fácilmente burladas.

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Walter González López, asesor legal del Ministerio, confirmó los robos y aseguró que se están llevando a cabo investigaciones tanto administrativas como penales. Sin embargo, la duración de las investigaciones, que podrían extenderse hasta cuatro años, ha generado críticas por su posible lentitud en resolver casos que involucran recursos públicos.

Por otro lado, expertos como Eduardo Herrera, director de la Defensoría Nacional Anticorrupción, señalan que es casi imposible que los robos hayan sido perpetrados sin ayuda interna. Las instalaciones del Ministerio requieren autorizaciones especiales para acceder a áreas restringidas, lo que deja abierta la posibilidad de que los ladrones contaran con información privilegiada.

Este caso no solo ha tenido un impacto económico, sino que también ha afectado la imagen del Ministerio de Cultura, cuya función es la protección del patrimonio cultural del país.