Según un estudio de la Universidad Cayetano Heredia, quienes viven en los barrios pobres de Lima se verían más afectadas por los próximos aumentos de temperatura
El cambio climático está teniendo un impacto en todo el planeta, y las temperaturas globales han estado en constante aumento durante varias décadas. Según Anna Zucchetti, una microbióloga y experta en gestión ambiental, “el calor extremo nos lleva a la deshidratación, disminuye nuestra productividad en el trabajo, afecta nuestra capacidad de aprendizaje y, en situaciones extremas, puede desencadenar problemas de salud como ataques cardíacos, hipertermia y shocks”.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) ha emitido una alerta sobre el aumento de las temperaturas en la costa peruana durante todo el mes de octubre, a pesar de que no estamos en la temporada de verano. Esta situación es especialmente preocupante en Lima, ya que la ciudad está caracterizada por la presencia de gran cantidad de asfalto y cemento, con una notable falta de árboles, lo que provoca una mayor retención de calor. Este fenómeno se conoce como “islas de calor urbano” y afecta de manera más intensa a los distritos más empobrecidos de Lima.
Revelador estudio
“Las poblaciones con bajas características sociales, educativas, económicas y étnicas no blancas están expuestas a niveles más altos del efecto isla de calor urbano superficial en comparación con aquellas poblaciones con características socioeconómicas altas”, concluye un estudio de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, el cual midió la temperatura en las zonas norte, sur, centro y este de Lima, y Callao. En adición, los relacionó con los indicadores socioeconómicos de los distritos.
Esto es crucial con los habitantes de las periferias, en los barrios autoconstruidos de la ciudad popular donde el sol quema más. “Ellos habitan viviendas precarias con techos precarios, deben subir empinadas escaleras para llegar a su casa y no tienen árboles ni abundancia de agua potable”, sostiene Zucchetti.
Por ejemplo, en Miraflores, mientras “una manzana estaba expuesta a 19,5 °C, en Ate otra experimentaba 32,2 C de promedio, casi 13 grados más”, explica Zucchetti con base en los resultados del estudio académico. Otros distritos con poblaciones vulnerables son San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, Comas, Carabayllo, Independencia, Puente Piedra y San Juan de Miraflores.
Los hallazgos de la Universidad Cayetano Heredia podrían ser utilizados como base para que las autoridades, como la Municipalidad Metropolitana de Lima, el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Salud y otras entidades competentes, diseñen políticas públicas destinadas a mejorar la adaptación urbana y reducir la carga provocada por el calor extremo. Este enfoque tiene el potencial de mejorar la salud ambiental y permitir la identificación de qué poblaciones son más vulnerables a sufrir consecuencias graves debido a las olas de calor. De esta manera, se pueden tomar medidas preventivas para evitar posibles pérdidas de vidas.
Cabe recordar que en Puerto Maldonado, ya se registran dos fallecidos por olas de calor, y hasta cinco en Madre de Dios, podrían ser más si es que no se aplica medidas preventivas ante la llegada del verano. Esto sucede porque “hemos bombeado carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera a tasas alarmantes, y lo seguimos haciendo”, indica la experta en gestión ambiental.
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