La Casa Blanca desplegó un intenso movimiento diplomático para evitar que un ataque de Irán y sus aliados -Hamas, Hezbollah y Hutíes- contra Israel desemboque en una crisis total en Medio Oriente.
Washington considera inevitable que Teherán ordene una profunda ofensiva con misiles balísticos y drones, y a la par de sus negociaciones reservadas con líderes árabes reforzó su presencia militar -aviones y barcos de guerra- en el mar Rojo, el Mediterráneo y el Golfo Pérsico para proteger objetivos propios y defender a Israel.
Joe Biden y Kamala Harris recibieron información clasificada donde no se descartó que la principal maniobra contra Israel se ejecute desde la frontera sur del Líbano.
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Tras el cónclave informativo protagonizado por Biden y Harris, se inició un raid diplomático que lideró Antony Blinken. El secretario de Estado dialogó con el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, para abrir una negociación reservada con Irán destinada a contener un probable ataque contra Israel