La lucha incansable de Paola Roldán, una mujer ecuatoriana de 42 años afectada por esclerosis lateral amiotrófica, ha marcado un hito en su país.
Ella a lograr que la Corte Suprema despenalice la eutanasia convirtiéndose en el segundo país de América Latina después de Colombia en adoptar esta medida y el noveno en el mundo.
La sentencia, que tuvo el respaldo de siete de los nueve magistrados, impone un plazo de dos meses para que el Ministerio de Salud establezca un protocolo conforme a los parámetros dictados. Además, se prevé que el Parlamento debata una nueva ley sobre la muerte digna, con el impulso del Defensor del Pueblo, para entrar en vigor en menos de un año.
El padre de Paola, Francisco Roldán, destacó que la decisión no solo beneficia a su hija sino que tiene efectos inmediatos para aquellos que enfrentan situaciones similares. La sentencia considera «irrazonable imponer a quien atraviesa esta situación una obligación de mantenerse con vida».
Moralidad y ética
A pesar de la oposición de la jueza Carmen Corral, quien teme que la eutanasia abra la puerta a una «cultura de la muerte», la familia Roldán, siendo católica practicante, defiende la causa justa y humana. Francisco Roldán enfatizó que el aspecto moral y ético es fundamental para la familia, buscando que Paola pueda «morir con dignidad».
La enfermedad catastrófica de Paola la ha dejado totalmente inmovilizada, dependiendo de un respirador artificial. A pesar de haber considerado la eutanasia como opción, Paola, junto a su familia, ha decidido seguir luchando por la vida para disfrutar de momentos junto a su hijo de cuatro años y su esposo Nicolás.
Esta decisión de la Corte Suprema de Ecuador refleja un cambio significativo en la percepción y legislación respecto a la eutanasia en América Latina, abriendo un diálogo sobre el derecho a morir con dignidad y el respeto a la autonomía de quienes enfrentan condiciones médicas críticas.
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